MonitorSur, Sao Paulo.- La final de la Copa Libertadores enfrentará por primera vez a los protagonistas del superclásico argentino.
Boca Juniors dejó el miércoles la mesa servida para un enfrentamiento inédito contra su archirrival River Plate en la final del torneo más importante de clubes en el continente, al empatarle 2-2 al Palmeiras en el partido de vuelta e imponerse holgadamente en el marcador global por 4-2.
Un día antes, River Plate coronó una épica remontada con su triunfo por 2-1 sobre el último monarca Gremio en Porto Alegre para avanzar a la disputa de la copa.
Boca Juniors irá por su undécima final de la Copa Libertadores y su séptimo título. River Plate jugará su sexta y buscará consagrarse por cuarta ocasión.
El cruce de ida y vuelta de la final está programado para el 7 y 28 de noviembre. Será la última final a dos partidos, ya que a partir de la edición del próximo año habrá un solo encuentro, con sede prestablecida, tal como ocurre en la Liga de Campeones de Europa.
“Llegamos a la final merecidamente”, declaró Gustavo Barros Schelotto tras el choque. Ante el panorama del primer duelo contra River el miércoles, “tendremos que descansar, recuperarnos y preparar la primera final”, agregó.
Su hermano mellizo y entrenador Guillermo Barros Schelotto miró el partido desde un palco debido a que estaba suspendido por la CONMEBOL.
“Tanto River como Boca vienen haciendo un esfuerzo enorme. Vienen jugando bien y será una final histórica”, proclamó el mediocampista Pablo Pérez. “Quien gane se queda con la gloria, quien pierda se la tiene que aguantar”.
Ramón Ábila abrió el marcador a los 18 minutos al conectar dentro del área y con la displicencia de Luan al que le ganó la espalda en un centro del colombiano Sebastián Villa que desbordó resuelto por el lateral derecho.
El tanto fue un duro golpe anímico a los dirigidos por Luiz Felipe Scolari que minutos antes habían celebrado en vano lo que parecía un tanto de Bruno Henrique, que el árbitro colombiano Wilmar Roldán anuló tras consultar el videoarbitraje (VAR) y constatar que hubo un fuera de lugar de Deyverson en el inicio de la jugada.
“Felicidad, hoy estamos contentos, la verdad. Fue duro, costó; estamos donde queremos y vamos a disfrutarlo ahora”, manifestó Ábila. “Estábamos ante una posibilidad histórica y lo aprovechamos. Estamos 50 y 50”, agregó en referencia a las posibilidades de los dos finalistas.
Contra las cuerdas y con la misión de hacer cuatro goles y no permitir otro para revertir las cosas, Palmeiras buscó el arco de Agustín Rossi tras despuntar el complemento. Un zurdazo de Lucas Lima fue desviado milagrosamente por la pierna del arquero argentino.
Pero minutos después, a los 53, Luan fulminó a Rossi con un remate casi a quemarropa tras recibir una pelota peinada de Felipe Melo. Palmeiras aumentó la cuenta siete minutos después con un tanto de penal de Gustavo Gómez después de que Carlos Izquierdoz derribó a Dudú en el área.
Era el gran momento para los de casa ante unos boquenses que veían venir un nubarrón oscuro sobre sus cabezas cuando restaba más de un tercio de partido. Pero, nuevamente, el ingreso de Darío Benedetto por Ábila puso las cosas en orden y alejó el sufrimiento al marcar el del empate a los 70 minutos con un disparo cruzado desde fuera del área, complicando seriamente la empresa al equipo brasileño.
Benedetto, también como suplente, fue el autor de los dos goles de la victoria por 2-0 en el choque de ida la semana pasada. El tanto del centrodelantero, que venía de recuperarse de una rotura de ligamento cruzado, aplacó a un estadio en ebullición y apagó la rebelión de los locales.
“El segundo tiempo fue totalmente diferente. Nos meten dos goles, se entusiasma la gente, Palmeiras empezó a empujar con pelotazos”, dijo Pérez. “Creo que la serie se cierra (con el gol de Benedetto)”.
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