Juan Balboa
En alguna redacción de un periódico impreso, en un programa radial, en los grandes corporativos transnacionales de la televisión o el ancho mundo de las páginas Web (periodismo digital) y los web log (agendas personales en línea) se utilizan los géneros periodísticos para informar sobre la vida política, social, económica y cultural de alguna región o nación.
La frontera sur no es la excepción. Las debilidades de la frontera sur son de diversas naturalezas, pero indudablemente, están ligados estrechamente al tema del subdesarrollo y la exclusión social.
Es una de las regiones de México con un atraso en la democracia – elecciones amañadas y una corrupción galopante- y los medios de comunicación se encuentran atrapados por la publicidad del Estado. Los periodistas no ejercen su profesión de forma independiente por la falta de conocimiento de la profesión, el escaso manejos de los géneros periodísticos y su relación con el poder, más no con la democracia.
Organismos nacionales e internacionales, investigadores y periodistas vinculados con el estudio en las relaciones entre el poder en México y los medios de comunicación coinciden en que la asignación de la publicidad oficial es medio de influencia e incluso chantaje a dueños de medios y periodistas.
En la frontera sur se conjugan los tres fenómenos migratorios como una zona de origen, como una zona de tránsito y como una zona de destino de la migración. Existe un crecimiento acelerado de los flujos de indocumentados que se dirigen hacia Estados Unidos. Del año 2000 al 2017 se ha incrementado en un 40%.
En toda la frontera sur los focos rojos se prendieron por los hechos graves de violencia y de la presencia de grupos del crimen organizado que se han apoderado de zonas de Guatemala y de los estados mexicanos que comparten la frontera sur, en especial el estado de Chiapas y Tabasco.
Los pobladores de ciudades fronterizas de Guatemala como Tacón Umán y de México en municipios de Tapachula, Frontera Hidalgo y Metopa de Madero, por mencionar algunos, han sido inundado por la Pandilla “Barrio 18”, principal rival de los Mara Salva trucha en Centroamérica, quienes ahora cobran “derecho de piso”; las pandillas centroamericanas crecen en los dos lados de la frontera sur, hoy más que nunca por el efecto Tremp que amenaza cerrar la frontera norte de México.
Crímenes, asaltos y venta de droga al por mayor vuelve a ser una constante en La frontera sur de México por la renovada presencia de las pandillas juveniles centroamericanas.
Aunado a esta problemática, los estados que conforman la frontera sur son los más pobres de la república mexicana, a excepción de Quintana Roo y Yucatán que su economía es estable por el ingreso del turismo, los otros tres estados -Chiapas, Tabasco y Campeche- padecen de ingresos estables, su economía vive del presupuesto federal.
La situación de violencia en los estados de la frontera sur hace vulnerable la gobernabilidad en dicha frontera de México con América Central; evita el desarrollo de la democracia en la sociedad y su vida cotidiana es inestable por los movimientos campesinos e indígenas que reclaman apoyos para paliar la pobreza.
La violencia, las violaciones de los derechos humanos, la pobreza, la ingobernabilidad y la endeble democracia no son temas que los medios de comunicación -impreso, radio, televisión y los diarios digitales- publiquen, investiguen o analicen. Es vital la profesionalización de periodistas de la región y en la difusión de los temas torales que afectan a los habitantes de la frontera sur.
Es importante documentar casos de violencia en la región. Hemos detectado que los medios de comunicación, tradicionales y no tradicionales, son la plataforma en la cual no solamente se fomentan, sino se reproducen y atizan distintas formas de violencia, pero su producción periodística sobre el tema es casi nula.
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