Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Puede que la cadena de bloques (blockchain) Ethereum no esté centralizada, pero sí tiene un elemento parecido a un corazón que late. Hablamos, por supuesto, de la Fundación Ethereum, con sede en Suiza. La entidad no solo da empleo a muchos de los investigadores y desarrolladores cruciales para su objetivo de crear un “ordenador mundial”, también aporta apoyo moral y financiero para la ambiciosa visión de la comunidad en todo el ecosistema. Al fin y al cabo, cambiar el mundo a veces puede ser una tarea desalentadora y costosa.
En una reciente publicación de blog, la Fundación explica cómo pretende repartir 27 millones de euros en los próximos 12 meses entre distintitos proyectos “clave” de Ethereum. El efectivo proviene en gran parte de los activos generados cuando se fundó Ether, y representan aproximadamente el 0,6 % de todas las monedas en circulación, o aproximadamente o unos 138 millones de euros.
La prioridad número uno de la Fundación es “ETH 2.0”, una actualización de software para dejar de usar la prueba de trabajo y pasar a la prueba de participación. Se trata de un cambio generalizado en el protocolo de consenso que usa la red para llegar a un acuerdo sobre la información registrada en la cadena. En lugar de exigir que los “mineros” participen gastando muchos recursos de computación, el nuevo sistema se basará en “stakers” para validar las nuevas transacciones, que demostrarán su confiabilidad al bloquear grandes participaciones de dinero (llamadas “staking”).
Este y otros cambios podrían lograr que Ethereum opere a una eficiencia y escala que finalmente cumpla con la promesa original. (El creador Vitalik Buterin ha dicho que en este momento Ethereum se parece más a “un teléfono inteligente de 1999 en el que se puede jugar a la Serpiente).
La Fundación otorgará cerca de 17 millones de euros en subvenciones para proyectos centrados en “construir el Ethereum del futuro”, como por ejemplo el proyecto de los clientes de software ETH 2.0, nuevos sistemas de “capa dos” que permitirán transacciones más rápidas eliminando la necesidad de registrar cada una de ellas en el blockchain principal, y las tecnologías de privacidad futuristas que utilizan pruebas de conocimiento cero para que los usuarios puedan verificar ciertos datos personales sin tener que proporcionar información de identificación.
Sin embargo, mirando hacia el futuro, la Fundación Ethereum está lidiando con la paradoja de ser una organización que prioriza la descentralización. La directora ejecutiva del grupo, Aya Miyaguchi, habló sobre este tema a principios de mayo en el evento Business of Blockchain de MIT Technology Review. Cuando se lanzó la Fundación, la comunidad era tan pequeña que la podía representar en todo su conjunto. Cinco años más tarde, muchos equipos independientes trabajan para mejorar la infraestructura del sistema. Eso significa que su papel debe cambiar “para maximizar el potencial que del ecosistema descentralizado, afirma Miyaguchi, y añade: “Debemos encontrar una manera de limitar nuestro poder lo máximo posible“.
Una de las formas de hacerlo es a través de impulsos para crear más iniciativas de financiación independientes como MolochDAO, que reúne de forma colectiva fondos para proyectos de infraestructura de Ethereum. No solo es más sostenible si la comunidad puede confiar en otras fuentes de financiación además de la Fundación, explicó Miyaguchi; también es más descentralizado.
Pero lograr ETH 2.0 será una tarea enorme y complicada, y el éxito no está tan asegurado. Eso es cierto que todos los avances de investigación necesarios ya están a punto, como Buterin afirmó recientemente en un tuit. Tal vez se pueda llevar a cabo sin un liderazgo centralizado. Pero probablemente requerirá al menos un poco de corazón.
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