MonitorSur/Ciudad de México- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condena el tiroteo masivo ocurrido el 5 de noviembre de 2017 en Sutherland Springs, Texas, Estados Unidos, el cual dejó, al menos, 26 muertos y 20 heridos. La CIDH expresa sus condolencias a las familias de las mujeres, hombres, niñas y niños que murieron y a todos aquellos que se vieron afectados por este tiroteo masivo.
Según información de las autoridades locales, como resultado del tiroteo perdió la vida alrededor de un cuatro por ciento de la población del pueblo, y casi todas las personas que estaban dentro de la iglesia en el momento del tiroteo resultaron heridas. Las autoridades indicaron que las víctimas tenían edades comprendidas entre los 18 meses y los 72 años. Asimismo, informaron que en abril de 2016 el presunto perpetrador compró, de manera legal, el rifle de asalto Ruger AR-556 que habría utilizado en el tiroteo; y que con posterioridad al atentado fueron encontradas varias armas en el automóvil del perpetrador.
Según información pública disponible, el tirador era un ex miembro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Un portavoz de la Fuerza Aérea ha confirmado que el tirador fue juzgado en consejo de guerra en 2012 por asalto a su cónyuge y a su hijo; como consecuencia de lo anterior fue confinado durante un año en una prisión militar y fue despedido por “mala conducta” de la Fuerza Aérea en 2014. Después de salir de las Fuerzas Armadas, el tirador también fue inculpado por un delito menor de crueldad hacia los animales en Colorado. La Comisión observa con preocupación que tanto en varios de los recientes tiroteos de alto perfil, como de las tragedias históricas como la masacre llevada a cabo en la universidad de Virginia Tech en 2007, participaron perpetradores que habían sido acusados o condenados previamente por violencia doméstica.
Este tiroteo llega apenas un mes después de la masacre en un concierto de música country en Las Vegas, Nevada, que dejó 59 muertos y más de 500 heridos. Según el Gun Violence Archive, ha habido 35 tiroteos masivos en los 35 días desde el tiroteo en Las Vegas, definiendo tiroteo masivo como un evento en el que cuatro o más personas son asesinadas o heridas por armas de fuego en un único momento y lugar. Desde el tiroteo masivo que tuvo lugar en la escuela primaria de Sandy Hook, en Connecticut, en 2012, se han registrado más de 1.500 tiroteos masivos, que han dejado un saldo de al menos 1.715 muertos y 6.089 heridos.
Estados Unidos es el país desarrollado con la tasa más alta de asesinatos por armas de fuego, según la Encuesta de Armas Pequeñas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Múltiples estudios científicos han demostrado que este hecho está estrechamente relacionado con la tasa de posesión de armas que, siendo de 88,8 armas por cada 100 habitantes, es la más alta del mundo. Según la organización de la sociedad civil Everytown for Gun Safety Support Fund, cada día, un promedio de 93 personas mueren por el accionar de armas de fuego en los Estados Unidos. La CIDH insta a las autoridades federales y del estado de Texas a adoptar medidas urgentes para investigar de manera exhaustiva este tiroteo masivo y las causas subyacentes que conllevaron a esta violencia. En particular, hace un llamado al Congreso de los Estados Unidos a adoptar medidas legislativas urgentes para reducir la violencia relacionada con las armas de fuego y prevenir futuras tragedias.
Un análisis realizado por la organización de la sociedad civil Everytown for Gun Safety Support Fund sobre tiroteos masivos desde 2009 hasta 2016 concluyó que al menos el 54 por ciento de los tiroteos masivos – 85 de los 156 incidentes estudiados- involucraban a una pareja o familiar actual o anterior como víctima. Este estudio encontró que “señales de alerta” para los tiroteos masivos incluyen, pero no se limitan a: actos recientes, intentos de actos o amenazas de violencia hacia uno mismo o hacia otros; violación de ordenes de protección; o evidencia de abuso continuo de sustancias. En casi la mitad de los tiroteos masivos estudiados-el 42 por ciento de los casos-el tirador exhibió al menos una señal de alarma con anterioridad del tiroteo. Dados los llamados de atención sobre la correlación entre tiroteos masivos e incidentes previos de violencia doméstica u otra forma de violencia interpersonal, la CIDH insta al Estado a emprender estudios sistemáticos sobre estos fenómenos a fin de formular políticas efectivas para prevenir la futura violencia armada.
“No es suficiente pedir perdón y enviar nuestras condolencias a las familias de las víctimas. No es suficiente enviar pensamientos y oraciones. Como señaló la CIDH en relación con el tiroteo masivo en Las Vegas, el gobierno de los Estados Unidos, en sus diferentes niveles, puede y debe hacer más para prevenir estas tragedias, y la adopción de políticas efectivas sobre control de armas debería estar en el primer lugar en la agenda de cualquier político responsable”, dijo el Comisionado Francisco Eguiguren, Presidente de la CIDH.
Por su parte, la Comisionada Margarette Macaulay, Relatora para los Estados Unidos, manifestó que: “Solo un mes después del tiroteo masivo en Las Vegas, repetimos que esta trágica violencia masiva es prevenible. La acción inmediata del Congreso en este tema para reformar las leyes sobre porte de armas en los Estados Unidos y prevenir más masacres es urgente. Además, pedimos al Estado que levante la prohibición del financiamiento gubernamental de estudios sobre las causas de la violencia armada y priorice los estudios de los vínculos entre la violencia doméstica e interpersonal y la violencia armada para formular una política basada en la evidencia que efectivamente protege a la población de los Estados Unidos, incluidas las mujeres, las niñas y niños y las familias”.
La CIDH reitera que Estados Unidos debe tomar medidas efectivas para prevenir y reducir sustancialmente la violencia relacionada con las armas de fuego, como por ejemplo mediante políticas eficaces de control de armas. Múltiples estudios estadísticos a lo largo de varias décadas y de múltiples países han demostrado que los factores que conducen a ambientes violentos incluyen el fácil acceso a las armas de fuego y el gran número de armas en manos de particulares, hallazgos en línea con recomendaciones anteriores dadas por la CIDH, así como en el último ciclo de Examen Periódico Universal (EPU) de la ONU para los Estados Unidos. La CIDH reitera la importancia de la verificación efectiva de antecedentes penales, así como otras medidas efectivas relacionadas con la expedición de licencias y requisitos de registro. Esto incluye restricciones sobre las armas de asalto, tales como el rifle tipo AR-15 que fue utilizado por el perpetrador en este ataque, a fin de que su posesión sea limitada a fuerzas estatales, dada su naturaleza letal.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
Con información de oas.org
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