El diputado Guillermo Sánchez Torres y la diputada Aledia Alavez Ruiz, vicepresidenta de la Mesa Directiva propusieron a la Comisión Permanente solicitar a las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, y de Energía, un informe detallado sobre la importación de petróleo y gasolinas, así como sobre desabasto de combustibles.
Asimismo, pedir a Petróleos Mexicanos (PEMEX) la realización de un estudio sobre las situaciones de sus instalaciones en todo el país, para prever costos preventivos y de mantenimiento, además de que tome medidas para regularizar a la brevedad el suministro de gasolinas en los estados afectados.
En un punto de acuerdo presentado al órgano legislativo, señalaron que recientemente, Pemex propuso a las autoridades de Estados Unidos un intercambio de petróleo, bajo el cual México importaría hasta 100 mil barriles por día (bpd), de crudos ligeros y condensados a cambio de exportarle crudos pesados.
México, el noveno productor mundial de petróleo, está en vía de convertirse también en importador de crudo. Se busca traerlo de Estados Unidos, país que a su vez es el principal comprador del hidrocarburo mexicano.
La exportación de petróleo está prohibida en Estados Unidos desde la década de 1970, con algunas excepciones como Canadá, a donde envía unos 250 mil barriles de crudo.
La intención de comprar crudo de EU fue adelantada en agosto del año pasado por Emilio Lozoya Austin, director general de PEMEX, quien la ratificó el 19 de diciembre de 2014. Se estima que el intercambio comenzará en el primer trimestre, entre finales de febrero y marzo del presente año.
Después de que los presidentes Enrique Peña Nieto y Barak Obama, se reunieron en Washington, la secretaria de Comercio estadunidense, Penny Pritzker, dijo que su gobierno sostiene discusiones con funcionarios de México para exportar crudo liviano a su vecino del sur.
PEMEX presentó la propuesta a la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio estadunidense, con lo que se busca incrementar la producción de gasolina y diesel y disminuir la de combustóleo y de petrolíferos con alto contenido de azufre.
El crudo ligero y condensado de Estados Unidos se mezclaría con el petróleo nacional para mejorar el proceso en las refinerías, las cuales tienen una configuración llamada cracking (descomposición molecular), según PEMEX.
El crudo importado sería para mejorar procesos en las refinerías de Salamanca, Tula y Salina Cruz “las cuales tienen configuración cracking, a cambio de la exportación de crudos mexicanos pesados para ser procesados en las refinerías estadunidenses de alta conversión coking”.
Actualmente el país importa casi la mitad de las gasolinas que consume, pues las seis refinerías de Pemex, las únicas que operan, no producen la cantidad suficiente para satisfacer la demanda. De acuerdo con datos a 2012 de Pemex, en México se elaboran 418 mil 100 barriles diarios de gasolinas y 299 mil 600 de diesel.
PEMEX señala que este acuerdo no representaría un compromiso adicional a los 803 mil barriles diarios de crudo mexicano que se exportaron en promedio a Estados Unidos el año pasado.
Las compras de crudo al exterior marcarían un viraje en la tradición exportadora de crudo de Pemex, aún uno de los mayores abastecedores de petróleo a Estados Unidos, que ha elevado su propia producción debido al auge del desarrollo de depósitos de shale (lutitas).
No obstante que el gobierno mexicano se apresta a importar petróleo, la caída en el precio del crudo de exportación aviva temores de un ajuste en las finanzas públicas, ya que una tercera parte del gasto del Estado se financia con la explotación del hidrocarburo.
Por su parte, existe desabasto de gasolina en 12 estados: Jalisco, Colima, Michoacán, Nayarit, Zacatecas, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Querétaro, Guerrero, Puebla y Tlaxcala, aunque no se descarta que se sumen más por la multiplicación de la problemática en el resto del país.
El desabasto es tanto de la gasolina Magna como en la Premium y el diésel, aunque es más evidente en las dos primeras por el gran consumo.
Por ejemplo, la falta de refinerías y las tomas clandestinas de combustible en los 460 kilómetros de ductos de PEMEX, que surten a Puebla y Tlaxcala son las causas por las que se agudizó el desabasto desde hace tres semanas en las estaciones de servicio de esas entidades.
La falta de combustible en la terminal de Puebla, de donde se abastece a Tlaxcala, provocó esta situación. Existen problemas frecuentes de abasto desde hace dos meses y se agudizó en las dos últimas semanas de diciembre y en lo que va de enero.
Se carece más de la gasolina Magna, la de mayor venta, pero la Premium y diesel también escasean; en una estación normalmente se venden al día alrededor de 15 mil litros de los tres productos.
El ramal del que depende la región Puebla-Tlaxcala recibió mantenimiento y se atendieron algunas tomas clandestinas. Es por ello que se complicó el abasto tanto para Puebla como para Tlaxcala.
De acuerdo con la Asociación de Gasolineros Unidos de los Estados de Puebla y Tlaxcala (Aguept), el poliducto que pasa por la autopista a Orizaba, es donde existe más sabotaje que en los del resto del país, además consideran que es un asunto de seguridad nacional.
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