Especial
La Habana, Cuba, 3 marzo 2017.-En las páginas de Nuestra América, en un texto que es todo aroma, Martí nos habla de la “hoja india, consuelo de meditabundos, deleite de los soñadores, arquitectos del aire, seno fragante del ópalo alado”, la misma hoja que reina en estas imágenes traídas desde las vegas de Pinar del Río. Allí, donde se cultiva el mejor tabaco de Cuba y el mundo.
El XIX Festival Internacional del Habano es el pretexto para acercarnos a esta ilusión que se esfuma, que “es vicio y virtud”. A San Juan y Martínez fuimos junto a fumadores, empresarios y amantes del puro cubano de más de 50 países.
Una de las actividades estrellas del Festival, celebrado cada año en Cuba por estas fechas, es la visita a las plantaciones donde se puede conocer el maravilloso proceso de cultivo de la planta del tabaco.
Y porque el carácter de un Habano no solo está íntimamente relacionado con el suelo donde se cultiva, sino con las manos que lo modelan llegamos a la fábrica La Corona, en La Habana.
Fundada en 1903 como industria en la calle Zulueta No.106, la enorme planta frente al antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución Cubana, fue símbolo de los habanos. Ahora opera en la Avenida 20 de Mayo No.520, municipio capitalino del Cerro.
Los participantes en el Festival recorrieron la emblemática empresa donde se confeccionan marcas como Romeo y Julieta, Hoyo de Montarrey y Cuaba, además de las muy demandadas Cohiba, Montecristo y Partagás.
José Miguel Lugo, director de la Unidad Empresarial de Base Torcido y Terminado -una de las dos que componen La Corona-, comentó que el mayor grueso de la materia prima lo aportan las vegas pinareñas. Solo algunas tierras se consideran aptas para cultivar este producto que nos identifica más allá de la Isla.
En algunas regiones, se dice que un buen Habano nace en los muslos de una mujer, el torcedor José Miguel Álvarez devela el misterio: “Para este trabajo se necesita consagración y amor, y en eso las mujeres son especialistas”.
La Corona es la casa matriz de Romeo y Julieta, la cual presenta este año en el ámbito del Festival una nueva línea de calibre grueso y pequeña longitud, Petit Royales, que se incorpora al portafolio regular de la marca.
Diestrísimas manos elaboran allí 110 tabacos como promedio al día, aunque hay vitolas que, por su complejidad, la norma solamente exige 50 o 60 durante una jornada.
Mañana será la última jornada del XIX Festival del Habano, la Feria Comercial cerrará el evento con la entrega de los premios al mejor stand por categorías y se conocerá el ganador del Concurso Internacional Habanosommelier.
La última bocanada de la gran cita anual del mejor tabaco del mundo se dará con la tradicional Subasta de Humidores, cuya recaudación, como en ediciones anteriores, se destinará íntegramente al sistema cubano de Salud Pública.
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