Agencias / MonitorSur / WASHINGTON .- El gobierno del presidente Joe Biden ha intentado por varias semanas evitar que el público vea las imágenes como las que se dieron a conocer el lunes, en las que se ve a niños inmigrantes bajo custodia federal que duermen en colchonetas, cubiertos con mantas isotérmicas y separados en grupos por láminas de plástico.
Los funcionarios del gobierno se han rehusado tajantemente a describir como una crisis la detención de más de 15.000 menores migrantes, o la situación en la que viven. Sin embargo, han obstaculizado la mayoría de las gestiones de observadores independientes.
Las autoridades prohibieron impidieron que abogados de organizaciones no gubernamentales que realizan tareas de inspección ingresaran a una carpa de la Patrulla Fronteriza en la que miles de niños y adolescentes se encontraban detenidos. Además, las agencias federales han rechazado o desatendido decenas de solicitudes de medios de comunicación para ingresar a los centros de detención. El acceso sí fue concedido en varias ocasiones por el gobierno del presidente Donald Trump, que se distinguió por medidas migratorias muy restrictivas.
El nuevo presidente enfrenta crecientes críticas, incluso de algunos demócratas, por la aparente falta de transparencia en la frontera.
El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo el lunes que “el gobierno tiene un compromiso con la transparencia para asegurarse de que la prensa tenga la oportunidad de reportar todos los aspectos de lo que sucede en la frontera”.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, añadió que se trabaja con funcionarios de seguridad nacional y del Departamento de Salud y Servicios Humanos para “ultimar detalles” y que esperaba tener una actualización de la situación en “los próximos días”.
El lunes, Axios publicó una serie de fotografías tomadas desde el interior del mayor centro de detención de la Patrulla Fronteriza, una enorme instalación de carpas en la ciudad de Donna, en el sur de Texas. Las fotos fueron difundidas por el representante demócrata Henry Cuellar, que representa a la ciudad fronteriza de Laredo, Texas.
Cuellar dijo que difundió las fotos en parte porque el gobierno se ha rehusado a permitir que los medios de comunicación ingresen al centro de carpas de Donna. Señaló que también quería atraer atención a los desafíos que enfrentan los agentes fronterizos que deben cuidar a tantos menores, a veces por más de una semana, a pesar de que la Patrulla Fronteriza establece una detención máxima de tres días para los menores de edad.
“Deberíamos de cuidar de esos niños como si fueran nuestros”, dijo Cuellar.
Thomas Saenz, presidente del Fondo Mexicano Estadounidense para la Defensa Legal y la Educación (MALDEF por sus iniciales en inglés), dijo que Estados Unidos debería permitir el acceso de la prensa a las instalaciones fronterizas y, al mismo tiempo, respetar la privacidad de los migrantes detenidos. Destacó el riesgo de compartir sin permiso las fotografías de los niños, que ya han pasado por situaciones traumáticas.
“Debemos estar conscientes de estas condiciones”, dijo Saenz. “La gente tiene que verlos para que puedan evaluar la situación inhumana y, tal vez, adentrarse en políticas más humanas”.
La Casa Blanca se jacta de su metódico despliegue de medidas en sus poco más de 50 días de gobierno, pero asesores de la presidencia reconocen en privado que fueron tomados por sorpresa por el aumento de migrantes en la frontera sur y el subsecuente furor mediático.
Con información de la agencia ‘The Associated Press’.
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