Ante el entorno internacional adverso, cualquier necesidad de ajuste por una disminución de los ingresos habrá de acomodarse al reducir el gasto público, precisó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
En la presentación del Estudio Económico de México 2015, elaborado por la OCDE, aclaró que este año no habrá incremento del déficit público ni de impuestos ante los posibles impactos del entorno internacional.
“Nuestra prioridad debe ser mantener la disciplina de la política macroeconómica para asegurar la estabilidad, específicamente me refiero a la política fiscal, donde la decisión clara del presidente de la República es que cualquier necesidad de ajuste por una baja de los ingresos habrá de acomodarse reduciendo el gasto público”, dijo.
Ante el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría Treviño, el funcionario mexicano manifestó que el gobierno entiende la importancia de la estabilidad macroeconómica y el manejo prudente de las finanzas para el bienestar y el crecimiento económico del país.
“Y que no quepa duda, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se mantendrá por este camino que le ha rendido frutos, y buenos frutos, a la economía mexicana desde hace 20 años”, expresó el encargado de las finanzas públicas.
Apuntó que en el entorno global se enfrentan distintos retos, desde la caída pronunciada del precio del petróleo, la expectativa de modificación en la política monetaria en Estados Unidos, que ocasiona movimientos importantes en los flujos de capitales, y un entorno de crecimiento débil, particularmente en Europa, Asia y Sudamérica.
El secretario de Hacienda subrayó que en este entorno la prioridad será mantener la disciplina macroeconómica para asegurar la estabilidad, y por decisión del presidente Peña Nieto, la política fiscal se orientará a reducir el gasto público en caso de una baja de ingresos.
“Es decir, no habrá un incremento en el déficit público, por el contrario, el objetivo este año es reducir el déficit público, conforme se comprometió en 2013 y, por supuesto, tampoco habrá incrementos en los impuestos”, aclaró.
Por otra parte, Videgaray Caso coincidió con la recomendación que la OCDE hace en este estudio para que México lleve a cabo una correcta implementación de las reformas estructurales aprobadas en los últimos dos años, a fin de que pueda potenciar su crecimiento.
Expresó que la gran prioridad de la administración federal en materia de política económica es una implementación exhaustiva, a tiempo y conforme a las oportunidades que genere cada una de las reformas estructurales.
Afirmó que en ese proceso de implementación “vamos bien” pues, por ejemplo, desde la promulgación de la reforma energética el pasado 11 de agosto se estableció un calendario con las medidas que habrían de tomarse en los siguientes tres meses, metas que se han cumplido.
“Hoy tenemos las condiciones para que 2015 sea el año del arranque de la implementación de la reforma energética”, subrayó el funcionario mexicano, al precisar que cada reforma tendrá que ser debidamente implementada.
Señaló que 2015 inició con buenas noticias para las familias mexicanas en esta materia, con la desaparición del cobro de la larga distancia telefónica, la cual significa un ahorro de más de 20 mil millones de pesos para las familias y las pequeñas y medianas empresas.
Además, terminan los incrementos mensuales de la gasolina, como estaba previsto desde la aprobación de la reforma hacendaria en 2013, lo que tendrá un efecto claro en la inflación y en la economía familiar.
El nuevo año también inicia con una disminución en las tarifas eléctricas residenciales, las cuales en 2014 aumentaron más de 4.0 por ciento.
Destacó que una de las grandes expectativas de la reforma energética es que bajará el precio de la energía para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y las familias, para lo cual ya se ha dado el primer paso.
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) calificó como “alentador” el informe de la OCDE, porque reconoce el camino que ha emprendido México, pero también plantea oportunidades para emprender nuevos cambios y mejoras a la economía y la calidad de vida de los mexicanos.
Uno de ellos, apuntó, tiene que ver con el combate a la informalidad, rubro en el que se tienen buenas noticias, pues por primera vez en los últimos dos años se observa una trayectoria de reducción en esta materia, lo que quiere decir que las reformas aprobadas están en la dirección correcta.
En cuanto a la política de inclusión, reconoció que el crecimiento en México en las últimas dos décadas ha estado por debajo de su potencial y se ha distribuido de forma inequitativa entre sectores y regiones del país.
Mencionó que desde entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, el Producto Interno Bruto per cápita de los estados del Bajío y de la frontera norte ha crecido 39 por ciento, mientras que en los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca prácticamente no ha crecido.
Es decir, se ha venido abriendo una brecha en el crecimiento, en la productividad y en las oportunidades, y de ahí la importancia de acciones de política de desarrollo regional como las anunciadas por el Ejecutivo, que incluyen la creación por primera vez en la historia de México de tres zonas económicas especiales.
“México necesita darle prioridad al sur, la simple inercia no habrá de llevarnos a un crecimiento más incluyente, y si queremos un país con estabilidad, un país con un entorno de paz y seguridad, tenemos que atender el rezago económico de las zonas más atrasadas y olvidadas del país”, aseguró.
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