Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- México es potencia mundial en el ámbito de la robótica de competencia, niños y adolescentes, al igual que universitarios, participan año con año en diversos certámenes nacionales e internacionales del mundo robotista, representan a la nación, ganan premios, aprenden de esas experiencias; el quehacer robotista se convierte en noticia, los medios dan a conocer los galardones de estos makers especializados en robótica. Es impresionante lo lejos que algunos han llegado, y lo es aún más si se toma en cuenta la escasa penetración de la robótica educativa en los programas de estudio: tan solo el 0.01% de los niños de escuelas públicas mexicanas tiene acceso a ella. Pero durante el primer trimestre de 2018 se formó una startup potosina cuyo fin es contribuir a la democratización de la robótica educativa: Robótica Golem.
Rodrigo Molina (director ejecutivo), Luman Burr (director de tecnología), Víctor Salazar (desarrollador de software), Emmanuel Granja (desarrollador de hardware) y Gerardo Franco (desarrollador web) se conocieron en el ámbito de la robótica educativa, en una escuela privada donde algunos comenzaron en el rol de alumnos y terminaron siendo maestros. Tras años de ejercer como docentes o ser parte del ecosistema de alguna otra forma, pudieron ver de cerca los problemas y oportunidades presentados por la enseñanza de robótica en México; convencidos de los beneficios aportados por la robótica para complementar la educación básica, este grupo de robotistas decidió aventurarse a emprender y hacerlo a fin de dar solución a problemas como alcance, costos y practicidad de los métodos pedagógicos orientados a introducir a niños y jóvenes en la programación.
Los típicos kits de robótica educativa son muy caros, pueden alcanzar hasta los 10 mil pesos por alumno y, si se toma en cuenta la necesidad de una computadora para programar, serían alrededor de 4 mil pesos más; incompletos, pues solo se vende (y muy bien vendido) el hardware, sin una plataforma pedagógica; limitados y superficiales, en tan solo unas cuantas clases los libros de instrucciones quedan obsoletos sin antes haber planteado verdaderos retos a los alumnos. Hay también empresas dedicadas exclusivamente a vender esa plataforma educativa faltante y tan esencial, vende licencias, una por alumno; entonces, al costo del kit habría que sumarle el precio de las licencias. Se entiende entonces: democratizar la robótica educativa en México es un tema urgente y de gran importancia.
Golem es un pequeño robot programable que toma su nombre del monstruo de barro descrito por la mitología hebrea-judía, un autómata incapaz de tomar decisiones por sí solo, cuyas acciones dependían enteramente de las instrucciones a él proporcionadas, las cuales seguía de manera puntual. A través de tarjetas de colores (no se requiere una computadora para programar), los alumnos pueden programar al Golem robótico, decirle si debe avanzar en línea recta, por cuánto tiempo, en qué momento debe girar y hacia donde, entre muchos otros comandos; en las tarjetas símbolos son asociados a cada instrucción, así los niños pueden practicar por escrito antes de programar el Golem; además, es un robot orgulloso de sus orígenes dentro de la cultura maker y, por ende, es capaz de transformarse, por ejemplo, en una barredora o un gladiador, gracias a placas de cartón precortadas diseñadas para construir diversos aditamientos.
Estos cinco chicos originarios de San Luis Potosí han visto durante muchos años cómo la robótica educativa ayuda a niños y jóvenes a mejorar su motricidad y coordinación, ya sea que las aprovechen para practicar algún deporte o para expresarse a través de manifestaciones como el baile; o sencillamente en un mejor uso de las herramientas del taller donde se educan en los quehaceres del mundo maker. Otro aspecto al cual los potosinos dan mucha importancia es el aspecto lúdico del aprendizaje, la diversión es un ingrediente imprescindible con el objetivo de que los alumnos generen aprendizaje significativo; al jugar con el robot, lo están programando. El trabajo en equipo y la especialización de aptitudes son de igual forma fomentadas mediante la robótica educativa.
Cada kit de Robótica Golem incluye: 1 robot Golem, 27 tarjetas de colores para programar, 12 pines de construcción y 4 tapas, 1 cargador USB, 1 desarmador, 1 paquete de crayones, 1 libro de experiencias donde se incluyen placas de cartón diseñadas para que los estudiantes puedan desarrollar hasta 25 actividades diferentes, 1 guía digital de construcción y 1 manual del maestro por cada una de las experiencias. El precio del producto de los potosinos es hasta 79 por ciento menor en comparación con los precios de los kits más comúnmente adoptados en escuelas públicas y privadas. Ahora bien, como muchos emprendimientos mexicanos, Robótica Golem asume su titánica tarea, contribuir a democratizar la robótica educativa en México, sin mayores fondos que los propios. En enero de 2019, la startup planea iniciar una campaña de crowdfunding: se ofrecerá a los clientes interesados la posibilidad de pagar por adelantado sus kits; con el dinero recaudado se fabricarán y serán entregados a mediados de 2019.
Fuente: Golem.
https://youtu.be/rK1z6lDleXU
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