La pandemia de coronavirus ha abierto otra línea divisoria en la Liga de Campeones esta temporada.
Ya no es sólo cosa de los equipos ricos contra el resto. Ahora hay una división entre los que pueden jugar con cierta cantidad de público y los que deben hacerlo con las gradas vacías.
Apenas media docena de los 16 partidos de la primera fecha de la fase de grupos, a disputarse entre el martes y miércoles, se iban a disputar con un puñado de espectadores. Alrededor de 20.000 pudieron presenciar el martes la victoria 2-0 del campeón italiano Juventus en la cancha del Dínamo de Kiev.
Pero con el repunte de contagios en muchos países, la situación cambiaba de un momento a otro.
En la víspera del Olympiakos-Marsella, el primer ministro griego revirtió una decisión previa que permitía una reducida presencia de aficionados en los estadios de fútbol.
El primer ministro Kyriakos Mitsotakis anunció el martes que el plan piloto “transmitía un mensaje equivocado a la población”.
Se quería permitir un máximo de 10% de la capacidad en los estadios, sin exceder de los 3.500. El plan se iba a poner en práctica con el compromiso por la Champions, en el estadio de Georgios Karaiskakis Stadium en Pireos, para luego ampliarlo a otros partidos de competiciones europeas y domésticas.
Leipzig, semifinalista la pasada temporada, tuvo que anular varios boletos el lunes cuando su tope de asistencia fue recortado de 8.500 a 999 para recibir al Estambul Basaksehir el martes.
Los clubes tienen que acatar las directrices en cada país, así como los protocolos de la UEFA. No se permite la presencia de hinchas visitantes y los estadios no pueden exceder un máximo de 30%, sin importar que las ligas nacionales permitan algo más.
El debutante Rennes es el único club de las cinco grandes ligas de Europa que podrá jugar esta semana con más 1.000 aficionados. El equipo francés anticipa 5.000 espectadores para recibir al Krasnodar de Rusia, que también se bautiza en la Champions.
Apegándose a las restricciones en Italia, la Lazio y el Inter de Milán podrán abrir las puertas a 1.000 espectadores cada uno.
Mientras que Leipzig puede recibir a una pequeña cantidad de aficionados para su primer partido, el reinante campeón europeo Bayern Múnich jugará a puertas cerradas al recibir al Atlético de Madrid el miércoles debido a que la tasa de positividad en la ciudad es más alta.
Borussia Dortmund y Borussia Mönchengladbach sondeaban la situación en sus ciudades para los partidos que deben albergar la semana próxima.
Rusia permite que se tenga una capacidad de 50% en su torneo doméstico, pero los tres clubes rusos en la Champions deberán cumplir con el tope europeo del 30%.
No se permitirá público cuando se juegue en Inglaterra y España. El gobierno británico no autorizó pruebas para abrir los estadios debido al incremento de los contagios.
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