Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo. Son más de 800 mil personas las que se suicidan cada año y 75 por ciento de los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2015 se registraron seis mil 285 suicidios, lo que representa una tasa de 5.2 fallecidos por lesiones autoinfligidas por cada 100 mil habitantes.
El suicidio es reconocido como un problema de salud pública y la OMS enfatiza que puede prevenirse, por lo que en su Plan de Acción de Salud Mental 2013-2020, se propone reducir 10 por ciento los índices de suicidio.
Entre las medidas preventivas eficaces consideradas por la OMS, además de que los países establezcan una estrategia nacional de prevención, está la identificación y tratamiento tempranos, así como seguimiento y apoyo.
Para aportar una herramienta que fortalezca los tratamientos clínicos de prevención del suicidio, especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), unidad Nayarit, desarrollan Helpath, una aplicación que, basada en la actividad virtual del paciente y su historial clínico, emite alertas cuando detecta riesgo de suicidio.
El Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California (IPEBC) es una institución pública que ofrece tratamiento a personas con depresión y especialmente a aquellas que han presentado pensamientos suicidas.
Víctor Salvador Rico Hernández, director general del IPEBC, expuso que anualmente atienden a 70 mil personas, de las cuales 20 por ciento se diagnostica con depresión y de dicho porcentaje, 10 por ciento ha tenido pensamientos suicidas y cinco por ciento ha intentado quitarse la vida por lo menos en una ocasión.
Los pensamientos suicidas, el sentimiento de minusvalía y la idea de que las personas a su alrededor estarían mejor sin ellos son indicios que los especialistas del IPEBC toman en cuenta para determinar que un paciente es sujeto a un tratamiento especial.
Rico Hernández comentó que aunque el suministro de fármacos puede formar parte del tratamiento, es indispensable la terapia para cambiar las conductas que ponen en riesgo al paciente.
“Aquel que haya tenido un intento suicida probablemente lo repita, aumenta la probabilidad en 70 por ciento. Cuando hablamos de suicidio, la persona da señales de que lo va a hacer”, advirtió.
Helpath, herramienta en tratamientos
Por medio de un avatar que puede ser hombre o mujer, Helpath ofrecerá a los usuarios, pacientes bajo tratamiento médico por depresión, entablar conversaciones que generan registros para integrarlos en su expediente clínico.
El usuario podrá responder las preguntas por medio de botones prediseñados que ofrece la aplicación y según sus respuestas, recibirá recomendaciones para generar pensamientos positivos, realizar ejercicios de relajación y otras actividades de activación que mejoren su estado anímico.
“El agente responde mediante el diálogo, tiene voz y corresponde con el movimiento de los labios y también tiene expresiones faciales para comunicar emociones. De lo que se trata es de que este agente sea empático y que motive al usuario a seguir reportando esta información”, indicó Martínez Miranda.
Los investigadores prevén que una vez que esté concluida, la aplicación (app) estará disponible en Play Store; sin embargo, para descargarla los pacientes contarán con usuario y contraseña que serán proporcionados por el médico; esto permitirá que la aplicación sea una herramienta para el tratamiento que otorga el médico y no una aplicación de autoayuda.
Envío de alertas
Uno de los principales retos identificados por los especialistas en el desarrollo de Helpath es generar una interfaz lo suficientemente atractiva para que el usuario la use de manera constante, pues entre más la utilice, mayor información confiable generará.
Por medio de ese uso constante, la aplicación obtendrá la capacidad de detectar factores de riesgo como pensamientos negativos y sentimientos de tristeza recurrentes, que se convertirán en indicadores para generar una alerta basada en la escala Roberts, una escala utilizada por psicólogos para detectar el riesgo de suicidio.
“Utilizamos esta escala porque son preguntas muy directas para conocer si el usuario tiene pensamientos de muerte, cuántas veces los ha pensado o si su familia y amigos piensan que están mejor sin él, ese tipo de preguntas valora para generar la alerta”, mencionó el investigador del CICESE.
Gracias a que la aplicación estará instalada en un dispositivo móvil, al detectar el riesgo de suicidio se activará una alerta que recibirán los teléfonos proporcionados por el mismo paciente, ya sea un médico o un familiar, y además se enviará su ubicación.
Prueba piloto
Hasta ahora, Helpath ha sido sometida a una prueba piloto en la que participaron 12 personas que tenían en su historial haber pasado por una etapa depresiva crítica y que permitió a los investigadores evaluar la funcionalidad y usabilidad de la aplicación.
De acuerdo con Juan Martínez Miranda, en las siguientes etapas se tiene considerado ampliar la prueba con una mayor cantidad de personas, que estas sean pacientes que llegan a los centros de salud pública y que sean canalizados por los médicos tras evaluar que la aplicación les puede servir.
El especialista anotó que no todos los pacientes en tratamiento por depresión serán candidatos para usar Helpath, ya que serán solo aquellos que no requieren de un tratamiento farmacológico y que no necesitan vigilancia continua para evitar que se suiciden, quienes serán usuarios potenciales.
“Las estadísticas dicen que si ya una persona intentó suicidarse, es más probable que lo intente una segunda o tercera vez, entonces estos casos son los que hay que trabajar, prevenir y detectar antes de que ocurran”.
¿Cómo surgió Helpath?
Helpath es resultado de una colaboración entre investigadores del CICESE y personal de los servicios de salud mental del estado de Nayarit, que entablaron el primer contacto desde 2015 para comenzar a trabajar en el proyecto que posteriormente recibió financiamiento del Fondo Sectorial de Investigación en Salud y Seguridad Social del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Así, los investigadores determinaron los módulos de la aplicación que corresponden a la historia clínica psicológica y también la información que dentro de la actividad del usuario será relevante para generar reportes que apoyen a los médicos en la toma de decisiones.
Al definir las características de la aplicación, los investigadores identificaron que el cómputo afectivo sería la herramienta idónea para generarla e incentivar a los usuarios para que la utilicen por un largo periodo y de manera constante para recabar información confiable y ayudar en la evolución de los pacientes.
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