Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Unos astrónomos han encontrado la que podría ser una de las estrellas más viejas del universo, un cuerpo celeste hecho casi completamente del material creado por acción del Big Bang, la inconmensurable “explosión” con la que se formó el universo.
Esta estrella, llamada 2MASS J18082002-5104378 B, ha sido estudiada minuciosamente por el equipo de Kevin Schlaufman, de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
Las primeras estrellas del universo que se formaron tras el Big Bang estaban hechas tan solo de hidrógeno, helio y una pizca de litio, los únicos elementos químicos existentes por aquel entonces. Esas estrellas produjeron después en sus núcleos elementos más pesados (llamados colectivamente “metales” en astronomía) y sembraron el universo con ellos al explotar como supernovas.
La siguiente generación de estrellas se formó a partir de nubes de material primigenio mezclado con esos metales, incorporándolos a su composición. El contenido de metales, o metalicidad, de las estrellas en el universo se incrementó a medida que el ciclo de nacimiento y muerte estelares continuó.
A la estrella investigada en el nuevo estudio se le calcula una edad de aproximadamente 13.500 millones de años, solo un poco menos que la edad del universo, estimada actualmente en unos 13.800 millones de años. Las estrellas de pequeña masa como esta son las únicas capaces de una longevidad tan grande como para haber nacido en la infancia del universo y seguir existiendo hoy en día.
El hallazgo denota que es probable que haya otras estrellas de poca masa y un contenido tan bajo de metales. Puede que incluso exista entre ellas alguna de Primera Generación, es decir, formada exclusivamente del material primigenio del Big Bang, sin impurezas de estrellas previas.
2MASS J18082002-5104378 B resulta inusual porque, a diferencia de otras estrellas con un contenido muy bajo de metales, forma parte del delgado disco de la Vía Láctea, el sector de la galaxia en el que reside nuestro Sol.
Y dado que esa estrella es tan vieja, los investigadores creen que es posible que nuestro vecindario galáctico sea al menos 3.000 millones de años más antiguo de lo que se pensaba anteriormente.
La metalicidad extremadamente baja de 2MASS J18082002-5104378 B indica que, en un árbol genealógico cósmico, podría estar separada del Big Bang por solo una generación de estrellas. En cambio, nuestro Sol se halla a miles de generaciones de distancia.
La antiquísima estrella es de hecho la que ostenta el nuevo récord para aquellas con el menor contenido de elementos pesados. Tiene alrededor del mismo contenido de elementos pesados que el planeta Mercurio. Por su parte, nuestro Sol posee un contenido de elementos pesados equivalente a 14 planetas como Júpiter.
2MASS J18082002-5104378 B forma parte de una pareja de estrellas. Ambas se orbitan mutuamente, girando alrededor de un centro común (baricentro).
Hasta hace no muchos años, la creencia mayoritaria entre los astrónomos era que en las etapas más tempranas del universo solo podían formarse estrellas muy masivas, y que, por tanto, nunca se podría observar una estrella tan antigua porque las de gran masa consumen muy deprisa su combustible nuclear y mueren pronto.
Sin embargo, a medida que las simulaciones astronómicas han ido aumentando en sofisticación, han crecido los indicios de que, bajo ciertas condiciones, aún podrían existir algunas estrellas de esa época arcaica del universo, siempre y cuando su masa sea muy baja. A diferencia de las estrellas gigantes, las de muy baja masa, enanas rojas, pueden vivir durante un tiempo enormemente largo, del orden de billones (millones de millones) de años.
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