Por Ana Lorena Mendoza Hinojosa/Ciudad de México.- La Cumbre de las Américas ha sido desde su creación el punto de encuentro para el entendimiento y la integración de los países del continente americano, y aunque no han estado exentas de desencuentros ideológicos, han representado la gran oportunidad para la construcción de acuerdos entre sus miembros.
Desde la primera Cumbre, celebrada en Miami, Florida, en 1994 y presidida por el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, las reuniones entre los jefes de Estado y de gobierno de los países miembros, han sido la ocasión para el debate político y la búsqueda de acuerdos para enfrentar los desafíos del Hemisferio.
Desde su creación a mediados de los noventa la Cumbre de las Américas ha mantenido una amplia agenda de temas que se abordan en función de las prioridades que plantean los jefes de Estado y de gobierno.
El desarrollo económico en la región, la pobreza, el medio ambiente, la agenda energética y la seguridad han sido parte de los debates y los posicionamientos de los países miembros.
Pero una de las prioridades en la agenda de discusión de la Cumbre de las Américas ha sido la democracia. El fortalecimiento de los sistemas democráticos que apuntalen la gobernabilidad, como ha señalado la OEA, una de las organizaciones miembro de la Cumbre de las Américas que forma parte del Grupo de Trabajo Conjunto y que juegan un papel de observadores.
“La democracia siempre ha sido un tema central en las Cumbres a pesar de la heterogeneidad de los temas, estos han sido tratados de acuerdo a las necesidades y preocupaciones de los Estados miembros, incluida la construcción de una comunidad hemisférica democrática, la preservación y el fortalecimiento del sistema democrático, la buena gobernanza, y la interrelación entre la democracia y las cuestiones socioeconómicas”.
Aunque el objetivo central de la Cumbre, según la propia OEA, ha sido “analizar y debatir sobre los problemas y desafíos que enfrenta el continente americano y de esta manera encontrar soluciones conjuntas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de las Américas”.
En la declaración de la Cumbre de Québec, celebrada en abril de 2001, se establece que estos encuentros buscan un “compromiso con la integración hemisférica y la responsabilidad nacional y colectiva, a fin de mejorar el bienestar económico y la seguridad de nuestros pueblos”.
La iniciativa más importante de la primera Cumbre de las Américas fue el planteamiento para la creación de un Área de Libre Comercio de América (ALCA) que buscaba eliminar barreras a las mercancías en la región.
Bill Clinton quería un corredor comercial en todo el continente pero las diferencias de opinión no permitieron que se concretara la propuesta del entonces presidente norteamericano.
Desde entonces el encuentro de los jefes de Estado en las ocho cumbres que se han celebrado hasta ahora no ha estado exento de polémica y enfrentamientos ideológicos.
A la fecha se han celebrado ocho ediciones de la Cumbre de las Américas: I Cumbre en Estados Unidos, 1994; II Cumbre en Chile, 1998; III Cumbre en Canadá, 2001; IV Cumbre en Argentina, 2005; V Cumbre en Trinidad y Tobago, 2009; VI Cumbre en Colombia, 2012; VII Cumbre en Panamá, 2015; y VIII Cumbre en Perú, 2018. Ha habido también dos cumbres extraordinarias, una en Bolivia en 1996 y otra en México en 2004.
La IX Cumbre está convocada para el próximo 6 de junio en los Ángeles, California, cuyo lema, “Construyendo un futuro sostenible, resiliente y equitativo”, plantea los objetivos del presidente Joe Biden, quien presidirá la reunión de jefes de Estado y a quien le urge un mejor entendimiento con América Latina.
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