Agencias, Ciudad de México.- La estrellas de neutrones son uno de los objetos más extremos del universo y la observación de una ellas, llamada Swift J1858 en un momento de erupción, permitió a los astrónomos saber que en ese periodo se generan fuertes vientos templados.
El estudio, en el que participaron investigadores españoles del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y que publica Nature, se usó una combinación de telescopios, desde el Hubbel hasta el Very Large Telescope (VLT) de la Organización Europea del Observatorio Austral y el Gran Telescopio Canarias (GTC).
El equipo descubrió ráfagas de vientos calientes, templados y fríos procedentes de una estrella de neutrones que devora material de su estrella vecina, lo que da una visión del comportamiento de algunos de los objetos más extremos del Universo.
Las binarias de rayos X de baja masa son sistemas que están formados por un objeto compacto (una estrella de neutrones o un agujero negro) y una estrella de un tamaño similar a la del Sol. El primero se alimenta del material que sustrae de la estrella compañera, en un proceso conocido como acreción.
La mayor parte de la acreción se produce durante erupciones violentas en las que los sistemas aumentan su luminosidad de forma espectacular y parte del material que cae en espiral hacia el objeto compacto es impulsado al espacio por vientos formados en el disco, o en forma de chorros de materia.
Las señales más comunes del material que es lanzado por objetos astronómicos están asociadas a un gas “templado”. Sin embargo, hasta ahora solo se habían observado vientos de gas “caliente” o “frío” en las binarias de rayos X.
La nueva investigación muestra, sin embargo, los rasgos característicos de un viento cálido que se observa a la vez que un viento más frío.
El conocimiento sobre la formación de los vientos y de sus efectos en la evolución de estos sistemas es escasa, por lo que estos resultados ofrecen información que podría ayudar a entender qué condiciones físicas son necesarias para generar vientos en otros objetos astrofísicos, destaca Teo Muñoz, investigador del IAC.
Las erupciones como esta son raras y cada una es única, pero suelen estar muy oscurecidas por polvo interestelar, lo que dificulta su observación.
Sin embargo, en el caso de Swift J1858 ese oscurecimiento es lo bastante pequeño como para permitir su estudio en varias longitudes de onda, según el autora principal del estudio Noel Castro de la Universidad de Southampton (Reino Unido).
Las estrellas de neutrones tienen una atracción gravitatoria muy fuerte que les permite engullir gas de otras estrellas, pero se trata de “comensales caóticos” y gran parte del gas que atraen se lanza al espacio a gran velocidad, explica Nathalie Degenaar, de la Universidad de Ámsterdam.
Las nuevas observaciones proporcionan “información clave sobre los patrones alimenticios de estos ‘monstruos de las galletas’ cósmicos”, agrega.
Además de descubrir los vientos cálidos, el equipo pudo estudiar la evolución temporal del flujo de gas que es expulsado y vieron que el viento templado no se veía afectado por las fuertes variaciones de brillo del sistema, un comportamiento que había sido predicho teóricamente, pero no confirmado hasta ahora.
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