Por: Ernesto Villanueva.- Sinaloense distinguido, Diego Valadés Ríos esconde en el cajón hechos que cuestionan este inmaculado personaje. Dejemos que en una entrevista imaginaria, pero con datos ciertos en las preguntas y respuestas efectivamente dichas que nos dibuja de qué está hecho.
Pregunta: Diego, sabemos todos que por nueve meses como Ministro de la Suprema Corte de Justicia encabezaste con Irma Cue de Duarte un movimiento para que se te otorgara una pensión vitalicia, dos ayudantes y una persona de servicio así como pago de comidas “de trabajo”, que hoy supera los 250 mil pesos mensuales, que recibes casi 100 mil pesos en El Colegio Nacional, 17 mil 780, en El Colegio de Sinaloa, 70 mil pesos como investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, otra compensación en la Academia Mexicana de la Lengua y 25 mil pesos más del Conacyt, en pocas palabras casi 500 mil pesos mensuales, mucho más que el Presidente de la República. ¿No tienes algún remordimiento porque casi el 80 por ciento de los mexicanos sólo tenga uno o dos salarios mínimos mensuales que no superan los 4 mil pesos?
DVR: “Tengo una responsabilidad social. (lo que pasa es que) la estrategia política de concesiones restringidas y la estrategia social de avances progresivos se fueron combinando y produciendo acomodos más o menos favorables”.
Pregunta: Diego: “¿Acomodos más o menos favorables?”
DVR: “Eso tiene una explicación: rozábamos los límites de lo que el poder estaba dispuesto a ceder”. “Esto forma parte de un cambio democrático acumulativo, construido a lo largo de décadas en las que fueron vencidas muchas reticencias y resistencias”.
Pregunta: Diego, ¿Pero ya no vas por más porque imagino que lo que has obtenido es más que suficiente?
DVR: “Lo alcanzado no subsistirá si no damos más pasos adelante”.
Pregunta: Diego, eso explica tu paso por la UNAM donde has aprovechado al máximo todas las facilidades que ofrecen los afectos. Según tu expediente en la Dirección General de Personal de la UNAM , del primero de septiembre de 1996 al 31 de agosto de 1998 fuiste favorecido con una licencia con goce de sueldo por “comisión oficial” para realizar estudios de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid con el trabajo “El control de poder de la democracia constitucional” y en ausencia fuiste promovido de categoría académico de titular A a B el 16 de enero de 1998. Por esas fechas ya tenías casi todos los ingresos provenientes de recursos públicos. ¿Nunca pasó por tu mente que un estudiante sin los grandes recursos tuyos hubiera necesitado mejor ese apoyo institucional para superarse académicamente?
DVR: “Es necesario advertir que nos hemos detenido”.
Pregunta: Diego, te recuerdo que no lo has hecho. Del primero de septiembre de 1981 al 28 de febrero de 1983 obtuviste una licencia con goce de sueldo por año sabático. Según el artículo 58 del Estatuto del Personal Académico el año sabático tiene como objeto “dedicarse al estudio y a la realización de actividades que le permitan superarse académicamente”. Pero resulta imposible que el reposo para la investigación se encuentre en los cargos públicos que utilizaste violando el espíritu de la ley. Fue en ese periodo, cuando desempeñaste los cargos de Secretario del Comité de Apoyo a la Coordinación de los Servicios de Salud por parte de la Coordinación General de Estudios Administrativos de la Presidencia, Coordinador Auxiliar Jurídico de la Coordinación de los Servicios de Salud. Presidencia de la República, entre otros. ¿No tuviste ningún remordimiento para seguir cobrando varios sueldos al mismo tiempo de recursos públicos?
DVR: “Criticar la política, las instituciones, la ineficacia de la norma, cosecha aplausos”.
Pregunta: En las últimas semanas en distintos medios de comunicación han aparecido notas sobre tu falta de idoneidad para ser designado como investigador emérito de la UNAM por el Consejo Universitario que controla el Rector José Narro. Has hecho de la observancia de la ley sólo un acto de ilusión. Es verdad que tienes el expediente 45751 y que consta que ingresaste a la UNAM el primero de octubre de 1970 como investigador especial a contrato por tres meses, pero de ahí a que hayas permanecido todo el tiempo como investigador de la UNAM hay una enorme distancia. Según el artículo 25 del Reglamento de los Investigadores al Servicio de la UNAM indica que: “La Universidad, por acuerdo del Consejo Universitario, podrá designar investigadores eméritos a quienes hubieren publicado trabajos de excepcional calidad, si se han dedicado a la investigación dentro de la propia Universidad durante más de 20 años, y tienen, por lo menos 60 de edad”. Con independencia de que tu obra pueda ser valorada como de “excepcional calidad” tienes el problema insalvable legalmente de que no has ejercido labores de investigación por más de 20 años”. Al revisar tu expediente de la UNAM entre 1970 y el 2014 has ingresado y renunciado en tres ocasiones por largos periodos. Además los más de 20 años se refieren a la “investigación” no a labores administrativas. Tu expediente que obra en poder de la Dirección General de Personal de la UNAM afirma que tienes 15 años de servicios como “personal de carrera Tiempo Completo”. ¿No te parece una actitud ilegal y moralmente reprobable sacrificar el Estado de Derecho por no dejar de ganar un solo centavo?
DVR: “En este caso dos mitades no conforman una unidad; apenas configuran lo que debe ser un nuevo proyecto: rescatar lo que hemos perdido y completar lo que no hemos terminado”.
Hay otras historias de corrupción de este personaje que serán motivo de otras entregas en este espacio.
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