Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Un oso pasea por un claro del bosque y un grupo de ciervos pasa por una carretera silenciosa. En el Parque Nacional de Yosemite, en el norte de California, las restricciones por el coronavirus significan que no hay turistas y la vida salvaje se vuelve más atrevida.
“El parque está muy tranquilo ahora”, dijo el presidente de conservación de Yosemite, Frank Dean, en una entrevista.
Yosemite, uno de los parques nacionales más conocidos de Estados Unidos, lleva cerrado desde el 20 de marzo a todas las personas, excepto unos pocos empleados y residentes locales, en respuesta a la emergencia de salud pública puesta en marcha para frenar la propagación del coronavirus.
“Es una escena increíble poder escuchar los sonidos naturales del río, la vida silvestre y los pájaros. Los animales salvajes se están volviendo un poco más atrevidos porque hay pocas personas alrededor”, agregó.
El parque, famoso por sus cascadas y sus gigantescas sequoyas, suele atraer a más de 3 millones de visitantes al año, que llegan en su mayoría entre abril y octubre.
“Estamos intentando anticipar y planear cómo será el parque cuando reabra, porque, ya sabe, este verano (boreal) no será como siempre”, dijo Dean, cuya organización sin ánimo de lucro protege el parque y gestiona los servicios para los visitantes.
Dean agregó que espera que los patrones de las visitas sean diferentes cuando reabran. Por ejemplo, las personas podrían mostrarse reacias a acudir al restaurante o al centro de visitantes.
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