Las uñas del presidente
Ery Acuña/ Desde El Sótano
SON LOS DÍAS MÁS TENSOS Y DIFÍCILES de su sexenio. El presidente López Obrador tiene que decidir (encauzar, si quiere llamarlo) quién va estar en las boletas presidenciales y buscar mantener el control del Congreso de la Unión (senadores y diputados federales) para los próximos años.
Obviamente es su sucesor lo que más le preocupa.
CON CLAUDIA SHEINBAUM tiene buenos números, le garantiza lealtad, pero en nueve meses todo puede pasar con sus simpatías, si como todo apunta, Xóchitl, la señora de los bolis, sea la contrincante a vencer. La frialdad y austeridad en el discurso de la exjefa de Gobierno de la CDMX, además de la confrontación con medios importantes, como Proceso, le pone grilletes en su carrera, frente a una Xóchitl carismática, despeinada y ligera para armar alianzas.
CON MARCELO EBRARD, más polifacético, prometiendo traer a los BTS a la muchachada si llega de presidente, con buenas conexiones mediáticas, mayor control diplomático para la guerra política que se avecina con los gringos, incluso, con conexiones en China, pues la balanza cambia, y lo coloca en mejores perspectivas, si López Obrador alcanza a escuchar las voces del silencio.
CON ADÁN AUGUSTO, sin duda el consentido, su “hermano del alma”, su mejor defensor, a quien él quisiera ponerle la banda presidencial, pues tiene problemas con los números. No sube, y su falta de carisma frente a una sociedad deseosa de voces y discursos más alegres, pues lo aleja de la posibilidad de aparecer en la boleta del 2024.
LAS ENCUENTAS DE LA ÚLTIMA SEMANA pintan a un Marcelo Ebrard más posicionado ligeramente, y a una Claudia Sheinbaum más desdentada, a Adán Augusto muy posicionado en el sur, pero lejos de alcanzar los votos que requiere a nivel nacional.
EL PRESIDENTE SE ANDA COMIENDO LAS UÑAS, pues en estos días, dos o tres, tendrá que armar el paquete que mantenga a raya a las cinco corcholatas que están en el tablero, sobre todo a las dos perdedoras más posicionadas, y sobre todo garantizar un triunfo notorio. Y esa es la diferencia entre Claudia y Marcelo.
¿CLAUDIA O MARCELO? Esa es la pregunta que no deja en paz al presidente, si es que aún no ha decidido, porque son los días más decisivos de la 4T, los que va a decidir, sin duda el futuro no solo del movimiento, sino de México mismo, en una etapa histórica enredada en un espiral de violencia mundial, con una guerra económica entre las potencias y una sociedad mexicana dividida, una de esas partes que no se siente satisfecha con los cambios transformadores que se han dado hasta hoy. Las uñas del presidente le deben servir para sujetar bien las decisiones que tome, y no para comérselas mientras llega el futuro.
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