Agencias, Ciudad de México.- Estudios de radiocarbono realizados a restos hallados en la cueva belga de Spy les daban una antigüedad de 24,000 años, pero los nuevos exámenes indican que se remontan a entre 44,200 y 40,600 años atrás.
La investigación fue publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de Estados Unidos y fue realizada por científicos de Bélgica, Gran Bretaña y Alemania.
Uno de los coautores, Thibaut Deviese, dijo a la AFP que el estudio empleó una nueva tecnología que permite estudiar las muestras y excluir contaminantes.
Tener una idea firme sobre cuándo desaparecieron estos antepasados más cercanos del Homo Sapiens es considerado un primer paso esencial para entender su naturaleza y capacidades así como, eventualmente, saber por qué desaparecieron cuando nuestros propios ancestros progresaron.
La nueva tecnología aún utiliza el radiocarbono; una suerte de patrón oro de la arqueología, pero es más refinada para analizar las piezas.
Todo ser vivo absorbe el carbono de la atmósfera y la comida, incluyendo el radioactivo carbono 14, que va desapareciendo con el tiempo.
Por lo tanto, al morir, animales y plantas dejan de absorber carbono 14, y la cantidad que queda en sus restos permite determinar hace cuántos años vivieron.
Cuando se trata de huesos, los científicos estudian las partes con colágeno, una sustancia proteica presente en tejidos de huesos y cartílagos, porque es orgánico.
“Lo que hicimos fue dar un paso más”, dijo Deviese debido a que las muestras pueden ser dañadas por la contaminación del sitio en el que fueron encontradas o por las sustancias empleadas en los museos para mantenerlas.
El equipo de investigadores apuntó entonces al análisis de bloques de colágeno y en especial seleccionaron aminoácidos que seguramente eran parte del colágeno.
“Marco confiable”
Los autores del estudio también establecieron la edad de especímenes hallados en otros dos sitios belgas (Fonds de Foret y Engis) y encontraron edades comparables.
“Datar esos especímenes belgas fue muy apasionante por cuanto tuvieron un papel importante para la comprensión y definición de los neandertales”, dijo el coautor Gregory Abrams .
“Casi dos siglos después del descubrimiento del hijo Neandertal de Engis pudimos tener una edad confiable”, afirmó.
El secuenciamiento genético, entretanto, permitió mostrar que un hombro de un neandertal que previamente se había establecido que tenía una antigüedad de 28.000 años, está muy contaminado por DNA bovino lo que indica que el hueso había sido preservado con un pegamento hecho de huesos de ganado.
“Definir fechas es crucial en arqueología. Sin una línea de tiempo confiable no podríamos llegar a confiar en que comprendemos la relación entre los neandertales y el Homo Sapiens”, añade el coautor Tom Higham de la Universidad de Oxford.
El uso de algunas herramientas de piedra ha sido atribuido a los neandertales e interpretado como una señal de su evolución cognitiva, dijo Deviese.
Pero si el cronograma de la existencia de los neandertales está siendo retrasado en el tiempo, añadió Deviese, entonces tareas paleolíticas deben ser reexaminadas para determinar si realmente fueron realizadas por esta extinta especie.
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