Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Uno de los problemas más graves en la Tierra, es el aumento de basura en océanos. A pesar de las campañas de concientización realizadas por gobiernos y organizaciones civiles, cada vez aparecen más desechos en los rincones del mundo. De acuerdo con un estudio elaborado por Greenpeace, entre el 2002 y el 2013 aumentó en un 50 por ciento la producción global del plástico. No obstante, por sorprendente que parezca, no es el único lugar donde existe basura.
Durante los últimos años, el concepto de basura espacial se ha hecho más popular. Pero, ¿a qué se le considera chatarra espacial?; son objetos artificiales sin utilidad, los cuales orbitan la Tierra y se componen principalmente de cosas variadas como restos de cohetes, satélites viejos, remanentes de explosiones, polvo y partículas pequeñas de pintura. Según la Oficina del Programa de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) de Restos Orbitales se estima la existencia de alrededor de 18 mil escombros de satélites y cohetes orbitando el planeta.
La preocupación en torno ha este tema ha sido mayor durante los últimos años ya que las posibles colisiones a velocidades orbitales, pueden ser perjudiciales en el funcionamiento de los satélites e incluso provocar más basura espacial dentro de un efecto llamado Síndrome de Kessler. Conocido también como “cascada de ablación”, fue propuesto por el consultor de la NASA Donald J. Kessler en donde supone el volumen de basura espacial en órbita baja terrestre sería muy alto y los objetos en órbita se impactarían con frecuencia por los desechos, lo cual crearía más desperdicios y riesgo.
Empero, esto podría significar una situación más grave tanto para las empresas encargadas de la construcción de los satélites y las compañías de telecomunicaciones; mientras más crezca la presencia de basura espacial, las probabilidades de que exista una colisión con algún satélite en servicio son cada vez mayores. Los servicios pueden verse interrumpidos por cierto periodo de tiempo, pero si el daño es mayor, podría costar tiempo y dinero poder repararlo.
Para prevenir cualquier problema, la Estación Espacial Internacional se encuentra blindada con la finalidad de atenuar los daños provocados por la basura espacial. No obstante, en el 2009 se dio la primera gran colisión entre satélites artificiales orbitando la Tierra. El choque provocó la destrucción de el satélite estadounidense Iridium 33 y el ruso Cosmos 2251. Según los expertos de la NASA, el suceso provocó una gran cantidad de desechos espaciales en el proceso.
Investigadores y expertos, han buscado diferentes formas de recoger los desperdicios. Un ejemplo de ello es la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), quienes desarrollaron un satélite con el fin de recolectar basura. Consiste en un red robot encargada de atrapar los satélites que ya no sirvan y después, junto con la basura espacial, la hunde en la atmósfera para su desintegración. Este satélite llamado eDeorbit podría iniciar labores en 2023 y dar pie a una nueva era en cuanto a la recolección de los desechos en el espacio.
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