Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- Alrededor de 22,8 millones de afganos, más de la mitad de la población del país centroasiático, sufrirá inseguridad alimentaria aguda este invierno, lo que pondrá al país ya inestable en el borde de una de las peores crisis humanitarias del mundo, advirtieron este lunes agencias de la ONU.
“Este invierno, millones de afganos se verán obligados a elegir entre migrar o morir de hambre, a menos que podamos intensificar nuestra ayuda para salvar vidas”, señaló David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en un comunicado emitido conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La crisis en Afganistán ya supera a las que se enfrentan Yemen o Siria y peor que cualquier emergencia de inseguridad alimentaria a parte de la República Democrática del Congo, indicaron responsables de estos organismos a la AFP.
“Afganistán se encuentra ahora entre las peores crisis humanitarias del mundo, si no la peor, y la seguridad alimentaria casi se ha colapsado”, aseguró Beasley en un comunicado.
“Estamos en la cuenta atrás hacia una catástrofe y, si no actuamos ahora, tendremos un desastre total en nuestras propias manos”, prosiguió Beasley.
Según el comunicado emitido por el Programa Mundial de Alimentos y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, uno de cada dos afganos se enfrenta a una fase 3 de “crisis” o una fase 4 de escasez de alimentos de “emergencia”.
La fase 4 está un paso por debajo de la hambruna. Los funcionarios subrayaron que el país, que ya lucha por salir de una guerra civil de 20 años, afronta su peor invierno en una década.
En agosto, los talibanes islamistas derrocaron al régimen respaldado por Estados Unidos y declararon un gobierno interino, prometiendo restaurar la estabilidad.
Además, los talibanes sufren una serie de sanciones internacionales y una campaña de sangrientos ataques por el grupo terrorista, el Estado Islámico, mientras que el cambio climático ha provocado que los periodos de sequía de Afganistán sean más frecuentes e intensas.
En el oeste del país, miles de familias pobres ya han vendido sus rebaños y han huido en busca de refugio y asistencia en campamentos temporales abarrotados cerca de las principales ciudades.
“Estamos tratando de sacar a nuestra gente de la situación actual y ayudarla. La ayuda humanitaria global también ha llegado”, aseguró el domingo a la AFP el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid.
“Intentamos organizar y distribuir, incluida la comida y la ropa. Todas las preocupaciones se resolverán”, prometió Mujahid.
“Con respecto a la sequía, esperamos tener un invierno húmedo. Pero si la sequía continúa, tomaremos las medidas adecuadas en la primavera”, agregó el vocero.
Las agencias de la ONU advirtieron que su plan de respuesta humanitaria sólo ha recibido un tercio de su financiación.
La FAO está buscando 11.4 millones de dólares, unos 9.7 millones de euros, en fondos urgentes y otros 200 millones de dólares, unos 171 millones de euros, para la temporada agrícola hasta 2022.
“El hambre está aumentando y los niños están muriendo. No podemos alimentar a la gente con promesas; los compromisos de financiación deben convertirse en dinero en efectivo”, avisó Beasley.
“La comunidad internacional debe unirse para abordar esta crisis, que se está escapando de control rápidamente”, subrayó el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos.
Con información de la agencia ‘EFE’.
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