MonitorSur, Nueva York.- Portando gorros de Navidad, Robinson Canó y Edwin Díaz se pusieron manos a la obra de inmediato con los Mets de Nueva York al hacer de duendes que repartieron obsequios a escolares durante la fiesta anual del equipo en el Citi Field.
Un día después que el club añadió al estelar segunda base dominicano y al cerrador puertorriqueño que más salvados que registró la pasada temporada, el nuevo gerente general Brodie Van Wagenen les dio también un bonito regalo a los aficionados de los Mets.
“No cerramos esta negociación con la intención de ser nuestra última adquisición”, avisó Van Wagenen el martes.
El director ejecutivo de los Mets Jeff Wilpon apuntó en la misma dirección: “van a ver muchas otras cosas”.
De todas formas es algo prematuro determinar si el equipo prepara fichajes de gran impacto, como pescar al toletero Bryce Harper. Ese fue el tema de conversación en los programas de radio de la ciudad, en los que el canje con Seattle, que involucró a siete jugadores, generó comentarios dispares de los fanáticos.
Van Wagenen, sin embargo, pareció descartar la posibilidad de un traspaso del pitcher Noah Syndergaard. Pese a las conjeturas reciente de que los Mets podrían transferir al derecho, el gerente general dijo que “serían circunstancias muy especiales para que tan solo consideremos” un canje de Syndergaard.
Luciendo el mismo número 24 que tenía con los vecinos Yanquis cuando se coronó campeón de la Serie Mundial de 2009, Canó se expresó extasiado por jugar con los Mets.
“Feliz por estar de vuelta en Nueva York”, dijo Canó. “Ganar otro anillo, especialmente en esta parte de la ciudad”.
Con 36 años, Canó está en el punto medio del contrato de 240 millones de dólares y 10 años — pacto negociado por Van Wagenen en su carrera previa de representante de jugadores. Los Mets deberán cubrir 100 millones de los 120 millones que le quedan por cobrar.
Ocho veces seleccionado al Juego de Estrellas, Canó purgó una suspensión de 80 juegos esta temporada tras dar positivo por furosemida, un diurético que se puede consumir para encubrir la presencia de sustancias dopantes. Canó explicó que la sustancia fue suministrada por un doctor en su natal República Dominicana.
Wilpon aceptó la “buena explicación” dada por Canó sobre el episodio. “No creo que hace trampa dopándose”.
Como exagente de Canó, Van Wagenen conoció detalles de la suspensión, pero no se mostró dispuesto a compartirlos. Recalcó que la sanción no involucró sustancias que mejoren el desempeño deportivo, y afirmó que el dominicano “está más motivado de lo que mucha gente supone”.
Canó bateó para .303 con 10 jonrones y 50 impulsadas en 80 juegos. Renunció a una cláusula que impedía su cesión en canje, a fin de regresar a Nueva York, y se espera que permanezca en la segunda almohadilla.
Díaz lideró las mayores con 57 salvamentos la campaña anterior. El boricua de 24 años llenará el hueco dejado por el dominicano Jeurys Familia, cedido en canje por los Mets a Oakland en julio.
A Díaz se le diagnosticó un espolón óseo en el codo derecho durante su adolescencia, pero afirmó que este problema jamás le ha dado molestias.
“Creo que nada”, dijo.
Inicialmente, los Marineros informaron a los Mets que Díaz no estaba disponible. Sin embargo, Nueva York, aceleró las negociaciones cuando recibió información de que el relevista sería incluido en un canje con Filadelfia, su rival del Este de la Liga Nacional.
Los Mets cedieron al jardinero Jay Bruce, al relevista Anthony Swarzak y a tres prospectos, incluyendo dos selecciones de primera ronda, Justin Dunn y Jarred Kelenic, a cambio de Canó, Díaz y 20 millones de dólares.
“Dieron todo a cambio de nosotros”, recalcó Díaz.
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