Especial
Ciudad de México, 2 abril 2017.-Especialistas del Hospital ABC realizan el primer estudio nacional sobre autismo, un trastorno neurobiológico que, de acuerdo con los datos preliminares, afecta a uno de cada cien niños.
En entrevista con Notimex, el director de la Clínica de Trastornos de Comunicación y Autismo de ese nosocomio, César Reynoso Flores, comentó que la investigación inició hace dos años y surgió porque México carece aún de estudios nacionales o regionales para entender las causas de la enfermedad.
Hay también sospechas sobre las prevalencias, pero todavía nada preciso, puntualizó el neuropediatra, al señalar que hasta el momento han sido valorados casi cuatro mil pacientes, de entre dos y ocho años de edad.
Hoy en día participan 40 municipios de 16 entidades como Quintana Roo, Guerrero y Baja California Sur, y esperan que los demás estados se integren para llegar a una muestra representativa de 11 mil 400.
Detalló que en el estudio epidemiológico apoyan los centros de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipales, escuelas públicas, clínicas y asociaciones de autismo, y confió en que los resultados sean dados a conocer en 2018.
Con los datos preliminares, indicó Reynoso Flores, hoy es posible estimar que uno por cada 90 menores pueden tener autismo, un padecimiento caracterizado por el déficit en el lenguaje, comunicación e interacción social.
“Son tres indicadores importantes que hablan de un niño o una persona con autismo”, expuso el especialista, quien señaló que el estudio contempla a poblaciones indígenas y otras en condiciones de vulnerabilidad.
Día Mundial
En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que este año es conmemorado con el tema “Rompamos juntos barreras por el autismo. Hagamos una sociedad accesible”, el médico urgió a desmitificar el autismo en México porque impide una mejor atención a quienes lo padecen.
Se cree que son personas poco afectivas y no se relacionan con nadie, pero es posible incluirse en la sociedad y una escuela regular de diagnosticarlos de manera oportuna y darles las herramientas para desarrollar sus habilidades.
Recordó que en los países en desarrollo, entre ellos México, hay un paciente por cada 150 nacimientos vivos. “Esto significa que estamos llegando tarde al diagnóstico”, argumentó el entrevistado.
Subrayó que si bien la detección temprana resulta difícil antes de los 24 meses de edad porque los síntomas suelen confundirse con problemas de discapacidad intelectual, lo ideal desarrollar mecanismo y reglas propias para hacerlo al año y medio.
Reynoso Flores resaltó que esa medida permitirá recomendar tener “higiene auditiva” con los menores, es decir, los papás tendrán la encomienda de enseñarles a hablar y escuchar, al retirarles el ruido producido por los dispositivos electrónicos.
Esto porque el niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA) muestra de manera habitual un retraso significativo en la adquisición del lenguaje y usa palabras inadecuadas, además tiene rutinas rígidas y comportamientos obsesivos y/o repetitivos.
En este punto, abundó, las estereotipias motoras son frecuentes en estos pacientes, pues en repetidas ocasiones hay aleteo de manos, suelen girar en su propio eje y juegan lo mismo, por ejemplo.
El neuropediatra del Hospital ABC puntualizó que los síntomas son muy agudos en los primeros años y de vida y, conforme pasa el tiempo, hay quienes incluso presentan epilepsia, desarrollan discapacidad intelectual y pocos (10 por ciento) se integran a la sociedad como cualquier otra persona regular y ser independientes.
De ahí la importancia de que las escuelas y los centros de salud, particularmente, cuenten con el personal capacitado y los instrumentos necesarios para la detección temprana y tratamiento del autismo.
Reynoso Flores mencionó que una de los tratamientos con mayor resultado es el Análisis Conductual Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés). Se trata de una terapia diseñada para reforzar las habilidades cognitivas, motrices, sociales y de lenguaje mediante una práctica repetitiva, pues de esta manera es más fácil aprender.
“Las personas con ese trastorno, al igual que sus familiares, son personas valiosas que merecen ser apoyadas para lograr su inclusión”, remarcó el experto, al referir que los papás sueles ser discriminados porque sus hijos hacen berrinches y se golpean la cara en ciertos momentos.
“La mayoría de los mexicanos piensan que la mala crianza provoca los berrinches de los niños”, añadió el médico, quien exhortó ayudar a los pacientes como a sus familiares mientras eso ocurre.
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