Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- Los seguros, como parte de la inclusión financiera en México, se han visto rezagados a consecuencia de las distintas limitantes, enfocadas principalmente en el bajo ingreso de la mayor parte de la población, así como por los altos niveles de informalidad que no permiten el acceso a estos instrumentos, por lo que expertos coincidieron en la necesidad de generar seguros inclusivos que abarquen a un mayor porcentaje de población mexicana.
Se trata de microseguros con un diseño e implementación a bajo costo y con facilidad, cubran al menos las necesidades básicas de protección de la población menos favorecida económicamente, indicaron durante la 30 Convención Aseguradora, organizada por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Se estima que uno de cada cuatro mexicanos cuenta con un seguro, las razones pueden ser múltiples: la gran proporción de nuestra fuerza de trabajo que no pertenece a la economía formal, la prevalencia de una buena parte de la población en situación de pobreza, la falta de estímulos o de regulación gubernamental que aliente u obliguen la cobertura de ciertos riesgos, explicó Rolando Vega, vicepresidente de la AMIS.
“Debemos incrementar y mejorar todos los días nuestros canales de distribución, nuestro equipo de agentes y corredores y el acceso de estos y de nuestros asegurados al internet para mejorar la comunicación con ambos y esforzarnos en simplificar las condiciones y el contenido de nuestras pólizas para hacerlas comprensibles y de muy claro entendimiento a nuestros clientes, a fin de evitar conflictos e incrementar la confianza del público, en nuestras coberturas y en nuestras empresas”, aseguró el vicepresidente de la AMIS.
Eduardo Silva, director general de GNP Seguros aseguró que la principal limitante para el acceso a los seguros es la informalidad. Este problema se replica en los sistemas de seguridad social, como es el darle cobertura a los trabajadores informales.
“Los trabajadores informales no tienen acceso a estos sistemas de seguridad social o a la protección del Infonavit en vivienda, y los seguros privados tampoco hemos sido capaces de penetrar. Y esto tiene mucho que ver con la vulnerabilidad del ingreso, no continuidad del ingreso y la aversión al riesgo”, dijo.
El directivo agregó que también lo han dificultado una serie de normas recientes que dificultan temas de prevención al lavado de dinero, de protección y privacidad de datos, “que hacen más difícil todavía poder tener una operación consistente en esta economía informal”.
Por su parte, Manuel Aguilera, director del área de estudios de Mapfre México, aseguró que la inclusión financiera en seguros enfrenta una serie de barreras estructurales para poder avanzar más rápidamente que tienen que ver con las características de los productos que las aseguradoras les ponen frente como posibilidad para proteger sus riesgos y el relativo bajo en nivel de ingreso de la población objetivo de este tipo de productos.
“Sabemos que en nuestros países esa es una característica socioeconómica y es al mismo tiempo una limitante desde el punto de vista de que las personas no cuentan con suficientes ingresos para satisfacer necesidades y también para adquirir este tipo de productos, así como la poca cultura de prevención que persiste en la población mexicana”.
Experiencia colombiana
En este sentido, Mabyr Valderrama, directora de Inclusión Financiera y Sostenibilidad, Fasecolda en Colombia señaló que en el país latinoamericano mantiene un esquema de política pública con un piso mínimo de protección social, que dijo también podría ser replicable en México.
Este busca que las personas que tienen un ingreso inferior al salario mínimo y que se dedican parcialmente a alguna labor, a alguna actividad productiva, puedan acceder a tres tipos de beneficios como cobertura de riesgos en salud, protección para su vejez y también un seguro inclusivo.
“¿Cómo funciona este esquema? El aporte que se hace a este piso mínimo de protección social es del 15 por ciento sobre el ingreso mensual que devenga el trabajador una vez que se descuentan los costos y los gastos y ese 15 por ciento se distribuye 14 por ciento que va a la cuenta de ahorro individual del trabajador y 1 por ciento para el pago de esa prima de seguro inclusivo”, explicó.
Con información de la agencia ‘Reuters’.
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