Agencias / MonitorSur / Johannesburgo .- Muchos médicos que durante años fueron parte de una “fuga de cerebros” hacia países más ricos han desprovisto a las naciones en desarrollo de África, el sudeste asiático, América Latina y otras regiones de decenas de miles de trabajadores altamente calificados en estos momentos de crisis por el coronavirus. Ahora anhelan regresar y están luchando por encontrar formas de ayudar a combatir el coronavirus en sus naciones, donde podrían ser más necesarios que nunca.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), desde 2016 alrededor del 30% de los médicos en Estados Unidos y un tercio de los del Reino Unido, nacieron en el extranjero.
Al mismo tiempo, la África subsahariana tiene una escasez penosa de profesionales médicos. Sus pueblos tienen acceso a sólo el 3% de los trabajadores de la salud del mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
Nigeria tiene cuatro doctores por cada 10.000 personas. Kenia tiene solo dos.
Estos médicos enfrentan ahora restricciones de viaje en los países donde trabajan, que han cerrado de golpe las fronteras y los aeropuertos internacionales.
El deseo de ayudar “es más agudo cuando hay una crisis”, dijo la doctora Sefa Ahiaku, vicepresidenta de la Asociación de Médicos y Dentistas de Ghana en Reino Unido, un grupo de la diáspora africana.
“No hay vuelos comerciales de pasajeros que entren a Nigeria desde Estados Unidos y Estados Unidos no está recibiendo los mismos vuelos”, dijo a The Associated Press la presidenta de otra organización, la Asociación de Médicos de Nigeria en las Américas, Charmaine Emelife. “La cuestión de volver a Nigeria en este momento para ayudar no está en la conversación”.
En cambio, la asociación está recaudando dinero para comprar y enviar equipos de protección para los trabajadores de la salud en la primera línea. En busca de fuentes, está llegando mucho más allá de su base en Estados Unidos.
Antes de la pandemia, la Asociación de Médicos de Nigeria en las Américas hacía un embarque anual de atención médica gratuita a Nigeria, el proyecto emblemático de la organización. El embarque más reciente con suministros médicos debía comenzar el domingo, pero no pudo continuar. La planificación comenzó un año antes, pero llegó el coronavirus, para frustración de la doctora Emelife.
Ahora, la organización de 4.000 miembros, como otros grupos médicos de la diáspora en todo el mundo, está luchando por otras formas de ayudar a sus países natales, donde la asistencia podría ser más necesaria que nunca.
Cuando el brote de ébola en África occidental en 2014-16 se extendió brevemente a Nigeria, la asociación se centró en enviar “toneladas y toneladas” de equipo de protección, dijo Emelife, pero la tarea es mucho más difícil ahora, ya que el resto del mundo compite por los mismos suministros.
Por lo tanto, la asociación también está explorando la telemedicina, dijo Emelife.
Con ese recurso, los miembros pueden ofrecer consultas a larga distancia para enfermos en Nigeria, donde algunas prácticas médicas privadas se han cerrado por precaución, lo que limita aún más las opciones de atención.
“Si lo que está sucediendo en Estados Unidos o Italia sucediera en Nigeria, habría un desorden total”, dijo el doctor Biodun Ogunbo, quien cerró durante un mes su centro de cirugía privada en la capital, Abuya, después de que se reportaron los primeros casos en el país.
Actualmente, los casos de COVID-19 suman casi 500 en Nigeria, pero los expertos en salud dicen que África está solamente unas semanas detrás de Europa y Estados Unidos en la pandemia y que lo peor está por venir.
“Lo que importa es el personal”, dijo Ogunbo. “No tenemos la cantidad de médicos, enfermeras y farmacéuticos capacitados” para la atención las 24 horas que necesitan algunos pacientes con virus, advirtió.
Con información de la agencia ‘The Associated Press’.
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