Una culebra pudo salvar su vida gracias a una intervención quirúrgica, después que el reptil se tragara cuatro pelotas de golf confundiéndolas con huevos.
Una pareja había colocado las pelotas en su gallinero en Nobbys Creek, en el estado de Nueva Gales del Sur, para estimular a sus gallinas a empollar. Sin embargo, las pelotas desaparecieron y un pitón con bultos sospechosos al lado.
Llevaron la culebra no venenosa de 80 centímetros al veterinario para extraerle las pelotas del intestino.
“Las pelotas de golf no avanzaban; se habían quedado atoradas”, explicó. “Si no la hubiesen hallado, con toda seguridad habría muerto”.
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