Agencias/Moscú.- Rusia y Arabia Saudí han alcanzado hoy un principio de acuerdo para congelar el ritmo de extracción de petróleo. La medida intenta estabilizar el precio del crudo en los mercados internacionales, después de que éste haya caído a sus niveles más bajos en 12 años debido a un exceso de oferta.
Hace poco el Gobierno ruso adelantó que aumentaría durante este año la extracción con respecto a lo obtenido en 2015, pero finalmente la mantendrá en los niveles de enero pasado en línea con el preacuerdo de congelación del ritmo de producción alcanzado en febrero con Catar, Venezuela y Arabia Saudí. En realidad tanto rusos como saudíes están en lo más alto de sus niveles de producción, por lo que lo que este tipo de acuerdos suponen en buena medida un gesto a los mercados. Moscú espera que sea suficiente para resucitar los precios. Y parece que ya está funcionando, en enero el barril costaba 30 dólares, y tras el acercamiento de posturas de los últimos meses se ha recuperado hasta superar los 40 dólares el barril. El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, que siempre se ha resistido a una posible reducción de la extracción, cree que 50 dólares por barril sería un precio asumible tanto para los que compran como para los que venden.
Los mercados esperan coordinación dentro de la OPEP
La decisión se conoce en vísperas de la reunión de exportadores que se celebrará el próximo 17. Se darán cita 16 países, entre ellos Arabia Saudí, que había dicho que sólo frenaría su producción si Irán hace lo mismo. Pero los iraníes se niegan a congelar la extracción, ya que acaban de reanudar las exportaciones de petróleo tras el levantamiento de las sanciones internacionales. A pesar de esto, Riad ha comunicado a la parte rusa que su decisión final no se verá afectada por la postura de Irán, según ha desvelado la agencia rusa Interfax citando fuentes diplomáticas.
Rusia también se mostró dispuesta a hacer una excepción con el caso iraní. Los mercados esperan una señal de que los países productores son capaces de coordinarse. Precisamente la enemistad entre dos importantes miembros de la OPEP -Arabia Saudí e Irán- es un obstáculo que pesará hasta el último momento.
También a Rusia le preocupa el resurgir de Irán. Pero lo cierto es que su recuperación está siendo modesta: ha pasado de 2,9 millones de barriles diarios a 3,2 millones.
Moscú descarta a corto o medio plazo un retorno a los 100 dólares de mediados de 2014. Y mantiene su compromiso de conservar durante todo el año los niveles de extracción de enero, cuando aumentó un 1,5% con respecto a 2015. Para ello mantiene “un control diario” sobre la producción de los yacimientos del país. “La extracción de crudo aumentará en el marco de los acuerdos de Doha. Oscilará entre los 536 y los 540 millones de toneladas”, ha explicado el viceministro de Energía ruso, Alexei Teksler.
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