Agencias, Ciudad de México.- Cuando las cosas van bien, en la jerga financiera se dice que los inversores están con “apetito de riesgo”, pero cuando la economía global está pasando por un momento difícil, como ahora, los grandes capitales prefieren refugiarse en inversiones más seguras.
Pues bien, en la actualidad los comensales no tienen ganas de probar platos exóticos y le están pidiendo al camarero que lleve a la mesa un menú más tradicional.
Como no hay apetito de riesgo, las criptomonedas son las primeras en perder su valor porque no es estable, lo que se conoce como una alta volatilidad.
Cada vez son más los expertos que advierten sobre la posibilidad de que el mundo esté a las puertas de un “criptoinvierno”, un concepto utilizado entre inversores para referirse a una baja sostenida en el precio de las monedas digitales.
Desde el inicio de este año muchos venían advirtiendo sobre la llegada de nubes negras en el horizonte.
Uno de ellos, David Marcus, emprendedor estadounidense ex-jefe del sector de criptomonedas en Facebook y expresidente de Paypal, daba señales en enero de que el frío había llegado.
“Es durante los criptoinviernos que los mejores empresarios construyen las mejores empresas”, dijo Marcus.
Este lunes el bitcoin, la más grande de las criptomonedas por su valor de mercado, encendió la alerta al sufrir una fuerte caída que lo llevó a acumular una pérdida de la mitad de su valor en los últimos seis meses.
Desde el máximo histórico cercano a los US$68,000 por bitcoin en noviembre, se desplomó a US$33,000.
La caída de la principal divisa electrónica arrastró al resto del mercado de criptomonedas que en este medio año negro ha perdido en su conjunto alrededor de US$1,000 millones.
¿Por qué se desplomó el bitcoin?
“Las criptomonedas son un activo de alto riesgo por mucho que haya personas que esperan que en el largo plazo suba el precio y sea un activo de refugio”, comenta José Francisco López, director de contenidos de Economipedia.
Cuando las bolsas caen, le dice a BBC Mundo, “los inversores prefieren quitarse de encima los activos más volátiles”.
En Wall Street las acciones de las empresas tecnológicas agrupadas en el índice Nasdaq han bajado, “siguiendo una correlación con la caída del bitcoin”, explica Diego Mora, analista senior de la consultora XTB.
Eso ocurre porque tanto las divisas digitales como las acciones de las empresas tecnológicas les han servido a los inversores “para buscar dinero fácil”.
Pero desde que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés) comenzó a subir las tasas de interés, hay un mayor interés de los inversores por buscar activos más seguros, como por ejemplo, los bonos del Tesoro o el dólar.
“En estas circunstancias la gente vende sus activos más riesgosos”, explica Mora.
Más aún, cuando las perspectivas apuntan a que las tasas de interés seguirán subiendo en distintas partes del mundo para controlar la inflación.
A la subida de tipos de interés (que la semana pasada incluyó a grandes economías como Reino Unido, Estados Unidos y Canadá), se suman otros factores que ayudan a aumentar la incertidumbre sobre el rumbo de la economía, como los confinamientos en Shanghái por la covid-19 y la tensión geopolítica por la guerra en Ucrania.
¿De dónde viene el concepto de criptoinvierno?
Cuando se enfría el precio de las criptomonedas y cae de manera sostenida durante varios meses, los expertos hablan de un criptoinvierno.
El concepto hace referencia a lo que ocurrió en 2018, cuando el bitcoin cayó hasta un 80% desde los máximos históricos.
El desplome sembró el pánico en el mercado de criptomonedas y provocó que la gran mayoría de las divisas digitales cayeran en picada al unísono.
No fue hasta mediados de 2019 que los criptomercados mostraron signos de recuperación, impulsados por una inversión récord por parte de instituciones tradicionales, como los bancos y los grandes fondos de inversión.
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