Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Científicos han empleado la tecnología de impresión 3D para reconstruir el rostro de un hombre que vivió en Polonia hace unos 500 años, ha informado el medio polaco The First News.
En el año 2014 Marcin Krzepkowski, arqueólogo que dirige la investigación y los trabajos en el museo de la historia regional Wągrowiec, localizó un asentamiento humano mediante fotografías aéreas en la región histórica de la Gran Polonia, en el noroeste del país.
Según los registros históricos ahí debería encontrarse un pueblo, Dzwonowo, del que hay menciones que se remontan al siglo XIV. Sin embargo, no había rastro de él sobre el terreno, por lo que se iniciaron unas excavaciones arqueológicas.
Gracias a esa inspección los especialistas descubrieron restos de viviendas, la plaza mayor, una iglesia y un cementerio. En su apogeo el pueblo contaba con unos 200 habitantes, pero con el tiempo declinó y poco a poco fue abandonado.
En el territorio del antiguo cementerio donde yacen los restos de personas enterradas entre los siglos XIV y XVIII los científicos encontraron entre otros el esqueleto de un hombre de 35-44 años. Las características distintivas de su aspecto físico, ciertos defectos, asimetría y una buena condición en la que se conservó la calavera llamaron la atención de los antropólogos.
El cráneo, que mostró signos de maloclusión (que consiste en un mal alineamiento de los dientes), fue escaneado para imprimir su modelo con una impresora 3D que luego se utilizó como base. Después las antropólogas Beata Drupa y Joanna Wysocka usaron arcilla para esculpir el rostro prestando atención a la mordida anterior y la asimetría de los ojos, la nariz y las orejas del hombre.
El proceso de la reconstrucción facial del rostro fue elaborado a mediados del siglo XX por el famoso antropólogo soviético Mijaíl Gerásimov. Es una labor muy compleja que requiere conocimientos de anatomía, antropología y osteología y consiste en el arte de modelar capa por capa los tejidos blandos de la cara: los músculos, los cartílagos, los ligamentos y el cutis.
Los investigadores calculan que el hombre, cuyo rostro fue reconstruido recientemente, habría vivido entre los siglos XIV y XVI.
“¿Quién fue este hombre fallecido? No tengo ni idea. Solo podemos suponer que podría ser un mercante o un artesano. Casi seguro que era residente del pueblo medieval Dzwonowo”, dijo Krzepkowski, el arqueólogo que dirige la investigación y los trabajos en el museo de la historia regional Wągrowiec.
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