El pasado sábado 3 de junio, siete personas murieron y más de 40 resultaron heridas debido a un ataque en la capital británica, que las autroridades calificaron como “terrorista”. El autodenominado Estado Islámico se adjudicó los atentados, en donde tres hombres atropellaron a una veintena de peatones en el Puente de Londres y después apuñalaron a varias personas en el Borough Market, ubicado en el centro de la ciudad.
Tras estos eventos la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, instó a los políticos británicos y a los de otros gobiernos a trabajar para establecer regulaciones más estrictas en torno al uso de internet. Se espera que, con estas medidas, se pueda evitar la difusión de propaganda de grupos radicales como el Estado Islámico y así proteger mejor a la población.
Entre las barreras que se planean establecer es añadir controles para el ciberespacio,y así otorgar más poder al gobierno para poder restringir ciertas áreas de la red. Con esto se lograría que los atacantes encontraran más obstáculos en el acceso cibernético y dificultaría la organización de algún futuro ataque como los que se han realizado hasta la fecha.
A pesar del debate que estas declaraciones generaron a nivel mundial, May enfatizó que la cooperación internacional es inminente pues se necesita de una unión para poder “alcanzar acuerdos internacionales que regulen el ciberespacio y que eviten la propagación del extremismo y la planificación de actos terroristas”.
Theresa May declara que al regular el ciberespacio, se podría tener una mejor vigilancia de los posibles ataques terroristas
Whatsapp, Facebook y Twitter son algunas empresas de tecnología que han sufrido la presión de los gobiernos, pues se ha demostrado en repetidas ocasiones que las redes sociales han sido el medio para organizar ataques terroristas. Simon Milner, director de estrategia de Facebook, declaró que quieren “ser un espacio hostil para los terroristas” y que no permitirán “que grupos o personas se involucren en actividades terroristas o publiquen contenido que exprese apoyo al terrorismo”.
Por otro lado, algunas organizaciones que luchan a favor de la libertad de la red no coinciden con las ideas de Theresa May. Open Rights Group, una organización británica sin fines de lucro que promueve la liberta de expresión en internet, asegura que, en caso de implementarse las nuevas medidas, sus consecuencias podrían ser contraproducentes. Explican que los grupos extremistas podrían trasladar sus comunicaciones a zonas más profundas de la red, lo que haría más difícil su búsqueda y vigilancia.
Las medidas que tomará Reino Unido quedan inciertas momentáneamente. El 8 de junio se realizaron las elecciones anticipadas para elegir a un nuevo primer ministro, en donde contendieron Jeremy Corbyb, del partido laborista; y la actual primera ministra. Si la funcionaria conservadora gana, se espera que ponga en marcha su plan para poder regular el ciberespacio con fines de seguridad nacional.
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