Diputados del PRD exhortaron al titular de la Fiscalía General del Estado de Guerrero a agilizar y a realizar conforme a derecho la investigación sobre el asesinato de los sacerdotes Gregorio López Gorostieta, John Ssenyondo y José Ascensión Acuña Osorio.
Mediante un punto de acuerdo, presentado en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, los legisladores Roxana Luna Porquillo, Víctor Nájera Medina y Carlos de Jesús Alejandro, expusieron que el 22 de diciembre de 2014 el sacerdote Gregorio fue secuestrado por grupo armado en el seminario de Altamirano, lugar en el que se encontraba para oficiar varias misas y participar en una ceremonia navideña.
El cuerpo del sacerdote fue encontrado el jueves 25 de diciembre, con un impacto de bala en la cabeza y huellas de tortura, en la carretera Iguala-Ciudad Altamirano a la altura del monumento al General Lázaro Cárdenas, en el poblado de Colonia Juárez de Tlapehuala.
Los motivos de su secuestro y asesinato aún no son aclarados pero algunos medios de comunicación han mencionado que él fue secuestrado tras acusar al cártel de los Guerreros Unidos del secuestro y supuesta muerte de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa el mes de septiembre del año 2014, señalaron los disputados.
Comentaron que el 29 de diciembre, el fiscal de Guerrero, Miguel Ángel Godínez, informó que el cura Gregorio murió por asfixia y no por arma de fuego, luego de que un perito médico le practicase la necropsia al cuerpo del sacerdote.
Aunado al lamentable suceso y a la gran pérdida para la comunidad católica y guerrerense –subrayaron–, este crimen resulta alarmante al haberse cometido después de que el 3 de diciembre del año pasado el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aplicara el plan especial de seguridad para la región de Tierra Caliente que abarca 36 municipios de Guerrero, Michoacán, Estado de México y Morelos.
A pesar del fuerte operativo emprendido por el gobierno federal coadyuvado con los gobiernos estatales, el padre Gregorio fue secuestrado y asesinado. Hasta hoy no se ha aprehendido a ningún autor o ejecutor del crimen que tiene de luto a la ciudadanía guerrerense, precisaron.
Comentaron que no pueden olvidar que el padre Gregorio López es el tercer sacerdote asesinado este año en Guerrero. El 30 de abril de 2014, el padre John Ssenyondo de origen ugandés, fue raptado por personas armadas cuando salía de oficiar una misa en Santa Cruz, municipio de Chilapa, para dirigirse a la iglesia del poblado de Nejapa.
El 14 de noviembre del mismo año, expertos forenses identificaron el cadáver del sacerdote de Uganda entre los restos humanos encontrados en una fosa común en Zitllala, municipio vecino de Chilapa.
Otro caso, recordaron, el 21 de septiembre de 2014, el sacerdote José Ascensión Acuña Osorio párroco de San Miguel Totolapan fue “levantado” y su cuerpo apareció dos días después en el río Balsas, cerca del pueblo de Santa Cruz de Las Tinajas, municipio de San Miguel.
Ante esta situación, el Papa Francisco expresó sus condolencias por la muerte del sacerdote Gregorio López Gorostieta, a través de un telegrama firmado en su nombre por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y dirigido al obispo Maximino Martínez, de la diócesis de Ciudad Altamirano.
Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en un comunicado exigió a las autoridades el cese a la violencia y el esclarecimiento del asesinato del sacerdote originario de Nanchititla y de los demás crímenes que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria, así como castigo conforme a derecho a los culpables, y la fecha se desconoce las pesquisas y ubicación de los criminales.
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