Redacción
Washington, EU, 21 marzo 2017.-Robert Mercer, Un multimillonario de 70 años descrito como una persona brillante y solitaria fue, con toda probabilidad, el hombre que jugó el papel más importante para la llegada del magnate, Donald Trump, a la Casa Blanca.
Hasta hace no mucho tiempo, pocas personas sabían quién era Robert Mercer, un matemático y científico de la computación que se convirtió en el gerente de un multimillonario fondo de inversión de alto riesgo llamado Renaissance Technologies.
Con 13,5 millones de dólares invertidos, Mercer fue el donante que más contribuyó en la campaña del magnate republicano. “Es el dinero detrás de Donald Trump”, escribió el diario británico The Guardian en un reciente perfil.
Mercer es —además y, por sobre todo— uno de los principales accionistas de Breitbart News, el sitio de derecha dirigido, hasta antes de asumir su actual cargo, por el actual estratega jefe de la Casa Blanca Stephen Bannon.
Pero entre todos los proyectos de Mercer, hay uno que llama especialmente la atención. Según el New Yorker, el millonario invirtió cinco millones de dólares en Cambridge Analytica, una empresa que colecta datos online -especialmente en las redes sociales- para crear perfiles psicológicos de los usuarios basados en sus preferencias y “likes” en las redes sociales. Y luego utilizarlos para enviar los mensajes y las propagandas más persuasivas.
Con ese sistema, según declaraciones del CEO de la firma, Alexander Nix, reportadas por el New Yorker, Cambridge Analytica logró crear perfiles de docientos veinte millones de votantes estadounidenses. Esas personas a las que Donald Trump les habló durante meses hasta convencerlos de que era el hombre que debían elegir para la Casa Blanca. Sabía lo que el electorado quería escuchar.
Lo sabía porque se lo dijo Cambridge Analytica. Se lo dijo Robert Mercer.
Según el Guardian, además, esa misma empresa trabajó para las campaña de Trump y de Nigel Farage, líder del partido independentista inglés UKIP y gran amigo de Mercer, cuya campaña en favor del Brexitfue más de una vez comparada con la que condujo Trump a la presidencia.
Mercer, quien comenzó su carrera en IBM, donde desarrolló unos “revolucionarios” avances en el procesamiento del lenguaje que fueron claves para la evolución de la moderna inteligencia artificial, fue fundamental para la explosión de Breitbart: de acuerdo con Bloomberg, el millonario habría invertido en el sitio 10 millones de dólares.Ese dinero, junto a la dirección de Bannon, hizo posible la definitiva explosión del sitio, que se convirtió en uno de los 30 más populares en los Estados Unidos y en el sitio más grande de política en Facebook y Twitter.
Breitbart no fue, sin embargo, la única iniciativa de Mercer durante la última década. Según una extensa investigación del New Yorker, el millonario estuvo detrás de varios proyectos que contribuyeron a crear las condiciones ideales para el surgimiento en la política estadounidense de un candidato antisistema y ajeno a las lógicas de poder de Washington. Un ejemplo: la contribución, con otros 1o millones de dólares, a la organización Media Research Center, que tiene entre sus objetivos “neutralizar el sesgo progresista en las noticias, los medios y la cultura popular”.
En ese mismo marco se encuentra otro proyecto, la creación de un think tank que trabaja en la negación de los cambios climáticos, el Heartland Institute.
El activismo de Mercer en el frente conservador se explica por su visión política.”Es un libertario, desprecia el establishment republicano”, dijo al New Yorker Patrick Caddell, un experto de encuestas que trabajó para el millonario y fue asesor del propio Trump. “Cree que los líderes son ladrones corruptos, y que arruinaron el país”, contó.
Nick Patterson, un experto de criptografía británico que trabajó junto a Mercer en el Renaissance Technologies en los 80, lo describió como “muy muy conservador”. “De verdad no le gustan los Clinton. Piensa que Bill Clinton fue un criminal. Su creencia política básica, creo, es que es un libertario de derecha, quiere al Gobierno fuera de las cosas”, explicó a la revista neoyorquina.
Aunque, por otro lado, muy pocos saben cuáles son el verdadero pensamiento y los objetivos de Mercer. Porque, en realidad, Mercer nunca dio una entrevista en la que expresara públicamente su visión. De pocas palabras y algo excéntrico, en 2010, tras una nota delWall Street Journal sobre su ascenso como gerente de Renaissance Technologies, difundió un lacónico comunicado: “Estoy contento yendo por la vida sin decirle nada a nadie”, escribió.
Una de sus declaraciones más recientes fue en 2014, cuando retiró un premio de la Asociación de Lingüistas Computacionales por su trayectoria científica. En esa ocasión dijo que no podía revelar su ocupación: “No puedo hablar de lo que hago ahora”, expresó, según consigna Newsweek.
Lo que sí se conoce es su fortuna. Este año Forbes lo incluyó en el puesto 18 entre los gerentes de fondos de inversiones que más dinero recaudaron, con ganancias estimadas en 150 millones de dólares. Tiene una mansión en el estrecho de Long Island y un yate de 60 metros llamado El nido del búho, que tiene un valor de 75 millones; tampoco le faltan extravagancias, como un modelo de trenes en escala del valor de 2,9 millones de dólares.
Más allá de todos los proyectos, el ex empleado de Renaissance, Nick Patterson, se dijo seguro de que la influencia de Mercer en las elecciones presidenciales fue enorme.
“Bob usó su dinero de manera efectiva”, dijo al New Yorker. “No es la primera persona en la historia que usa el dinero en la política, pero desde mi visión, Trump no sería presidente si no fuera por Bob”.
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