“SALVEN A WILLY”
- Ery Acuña/ Desde el Sótano
Como si el pueblo de Chiapas no tuviera memoria, el exgobernador del estado por una semana, Willy Ochoa, a quien su hermano político, Manuel Velasco Coello, le dio el honor de ser jefe del Ejecutivo por unos días, intenta de nuevo tomarle el pelo a la sociedad chiapaneca, como es su costumbre.
Cuando su partido, el PRI, está en la cuerda floja ante el riesgo de perder su registro -impensable hace solo seis años-, el señor Ochoa quiere cambiar de bando tras perder el barco de la senaduría* en los comicios pasados que le daría oxígeno este sexenio: lo aplastaron.
Está desorientado. Sin dinero no, pues en el sexenio pasado le fue muy bien, tal vez el mejor remunerado en el sexenio del Verde. Ahora, sin brújula, extraviado, intenta engañar a la sociedad olvidando su oscuro pasado, dando manotazos al naufragar en el mar político, y solo con el salvavidas que ha lanzado el líder real del Partido Verde.
“Salven a Willy”, esa fue la orden de Manuel Velasco, pues no puede dejar que su mejor aliado, al que hizo gobernador una semana, cómplice político y de muchas cosas más, se ahogue en las turbulentas aguas que él mismo provocó.
Después de participar en el saqueo del sexenio que dejó moribundas e miles de familias, ahora grita “ahí va el ladrón”, pero con las bolsas llenas de dinero, esperando que una sociedad agraviada por una pandilla de la que él formó parte.
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