Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Sin embargo, si hablamos del séptimo arte podríamos ajustar la frase y decir que una imagen y una banda sonora valen más que mil palabras, dado que una secuencia acompañada de la música correcta puede hacernos vibrar y crear momentos inolvidables para los amantes del cine sin necesidad de diálogos. Una película que lo ejemplifica a la perfección es La guerra de las galaxias (o Star Wars: Episodio IV – Una nueva esperanza, como pasó a titularse más tarde), una cinta con una iconografía tan bien definida que desde su primera secuencia nos permite diferenciar el bien y el mal sin necesidad de contexto alguno.
Es más, es tan efectiva que a 44 años de su estreno hasta un perro es capaz de comprender la amenaza que representa la figura de Darth Vader. Les hablo del protagonista del último fenómeno viral de las redes.
Este golden retriever está haciendo las delicias de las redes sociales con su reacción, huyendo y escondiéndose tras un sofá ante la aparición del villano de la saga de George Lucas, sirviendo de espejo del mal y con aquella música que lo envuelve de un halo amenazante.
Una reacción canina que demuestra la gran obra maestra que fue esta producción de 1977 como ejemplo de la mejor iconografía cinematográfica. El éxito viral del vídeo llegó a ojos del mismísimo Luke Skywalker, que no pudo evitar sumarse a las bromas señalando al perro de “inteligente”. “Solo desearía haber pensado en esconderme detrás del sofá cuando lo conocí por primera vez” tuiteó Mark Hamill.
La escena en cuestión forma parte de la primera secuencia de la película, cuando Darth Vader (en el cuerpo de David Prowse y la voz de James Earl Jones) aborda la nave de la princesa Leia en busca de los planos de construcción de la Estrella de la Muerte. Las puertas se abren y, entre el humo, disparos y cuerpos en el suelo, aparece ese ser vestido de negro, abriéndose camino a paso firme, colocando las manos en la cintura en forma de imposición y abriendo su capa en el proceso para colmar, así, el plano central de la secuencia.
Esa imagen de un personaje vestido completamente de negro, en contraste con la pureza del escenario blanco que le rodea; junto al debut de la máscara, la fuerte respiración a través de ella, y esa música de John Williams que acompañó al personaje como símbolo auditivo de su malicia y presencia, complementan un ejemplo de iconos y símbolos que resumen la base de la trama -la división entre el bien y el mal- sin decir una palabra.
El responsable de esta visión tan marcada en recurrir a representaciones visuales como parte del relato, fue George Lucas. Incluso desde antes que 20th Century Fox aprobara el proyecto, el director comenzó a trabajar en los diseños con el legendario ilustrador Ralph McQuarrie (creador del aspecto de Darth Vader) e, incluso, pagó de su bolsillo la construcción inicial de los primeros escenarios con el salario que había cobrado por American Graffitti, aunque no fue suficiente. Fue idea suya que todos aquellos artefactos y personajes relacionados con Tatooine o los rebeldes tuvieran ese aspecto de “futuro usado” y desgastado; contrastanto con la estética nueva, futurista y brillante del Imperio. De esta manera, y sin palabras, nos transmitía el mensaje de superación ante la adversidad cuando los rebeldes cantan victoria.
La saga al completo recurre a este tipo de técnicas visuales y sonoras que hicieron que varias generaciones todavía sigan vibrando con este tipo de secuencias, quedando grabadas para siempre en la memoria cinéfila colectiva. Pero ésta en particular resume a la perfección ese legado que la convierte en una obra maestra. Si es que hasta un perro se da cuenta.
Con información de la agencia ‘EFE’.
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