(((Monitor sur))) Martes 19 de septiembre del 2017
TGZ.- Como parte de la terrible decisión que fue imponer a un notario al frente de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, esta casa de estudios se encuentra en terrible situación académica, financiera y administrativa.
La gestión del Lic. Adolfo Guerra Pérez, sumió a la UNICACH en una dinámica negativa para sus estudiantes, docentes y personal administrativo ya que ha perdido importantes recursos por la nula gestión de quien estuviera al frente de esa casa de estudios por cerca de 10 meses.
Ante la ausencia del financiamiento, los proyectos de infraestructura, estímulos al personal, investigaciones en proceso, consolidación del posgrado, y planes de expansión y sostenimiento de la calidad educativa, se vieron ajustados, cuando no suprimidos. De ahí que hoy en día, pueda observarse deterioro en las relaciones académicas, en el incremento de la deserción escolar y en los embargos financieros por falta de pago de derechos, seguridad social e impuestos.
Aunque el notario con pretensiones académicas ya no está al frente, sus subalternos: Lic. Luis Alfredo Sierra Sánchez en contubernio con el Mtro. Elvas Domínguez, siguen operando bajo la tutela del fedatario público. De ahí que a pesar de que ya han transcurrido más de dos meses desde la renuncia del notario, la Junta Directiva, no tenga por concluido el proceso de elección de una nueva administración rectoral.
El beneficio que obtiene este grupo de personas (los subalternos de Guerra) es el oscurecimiento del manejo de recursos que pasó por las jugosas liquidaciones que el notario asignó a sus familiares, a sus amigos y a sí mismo, además de tratar de evadir la responsabilidad del desastre en el que está sumergida la institución.
Ante estos tristes antecedentes, la institución está en riesgo de seguir en esa dinámica pues está en puerta el cierre fiscal federal y estatal, además de que los concursos por recursos federales no han sido aprovechados por la institución, ya que el encargado y su equipo no han tomado decisiones bajo el argumento de que son eso: encargados, por tanto, es inminente la pérdida de esos recursos que son más del 60 por ciento del presupuesto operativo de la UNICACH.
Los recursos se distribuyen en programas federales como “Programa de Fortalecimiento de la Calidad Educativa” (PFECE), “Programa de Expansión de la oferta Educativa” (PROEXOES) y el “programa de Apoyo al Desarrollo Universitario”, así como el “Fondo de Aportaciones Múltiples para Infraestructura Educativa”.
De los recursos que no han comprobado están el PFCE, por 11 millones, el PROEXES por 35 millones, así como los 18 millones del programa de infraestructura y el PROADU por 1.5 millones. Todo ello, se suma a la deuda en impuestos, seguridad social y derechos, razón por l cual la UNICACH tiene embargadas varias cuentas.
Para cerrar este comentario, hay que observar que el terremoto puso a más de la mitad del personal administrativo del antiguo edifico de rectoría sin un lugar específico de trabajo porque no se toman las decisiones, ni se operan acciones, bajo el argumento de la próxima administración.
Sin embargo, la Junta Directiva de la UNICACH no avanza con el nombramiento, a pesar de haber entrevistado ya a todos los candidatos. La situación académica ha llevado a que docentes y estudiantes tengan condiciones de riesgo grave en sus actividades diarias, por ellos, la Junta debería actuar responsablemente y dejar de lado los intereses delk notario y su grupo, nombrando al nuevo rector o rectora, según sea el caso.
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