Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Durante una prueba de conducción autónoma, un vehículo de Uber estuvo involucrado en un accidente nocturno en la ciudad de Tempe, Arizona, Estados Unidos. A raíz del incidente, una mujer murió y la compañía retiró sus unidades experimentales allí y en Pittsburgh, San Francisco y Toronto. Dicho evento (que podría convertirse en precedente para obstáculos legales a la investigación de esta y otras empresas) ha puesto en perspectiva la capacidad de adaptación de la tecnología a la industria del transporte.
Con respecto al tema, la compañía global de soluciones en bienes raíces Cushman & Wakefield estimó que los vehículos autónomos de nivel 5 no se integrarían completamente al mercado comercial sino en el 2030. Pero más importante aún, se requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores relacionados (automotrices, sector transporte, constructoras, gobierno) para superar el obstáculo de la adaptación a un esquema de movilidad viable.
Mediante su reporte Understanding the Impact of Autonomous Vehicles on Commercial Real State, la compañía de soluciones inmobiliarias asegura que la plena distribución de dicho tipo de automóviles podría verse afectada (positiva o negativamente) por el rendimiento y la seguridad general de los prototipos en los próximos cinco años. Además, los costos de reemplazar las unidades y esquemas tradicionales de movilidad se eleva, dicha restricción frenaría una adaptación completa hasta el año 2040.
El incremento de costos puede materializarse a través de la construcción de carreteras, edificios u otros proyectos inmobiliarios con un alto riesgo de obsolescencia. Kat Hannah, asociada de investigación de la empresa de bienes raíces, asegura: “Es más fácil visualizar una ciudad completamente diseñada con vehículos autónomos a una de uso mixto. [La clave para evadir dicho obstáculo] es planear flexibilidad y adaptabilidad“. De hecho, dicha previsión podría tener excelentes rendimientos a futuro.
La anterior afirmación se sustenta en que, de acuerdo al reporte, proyectos de Movilidad como Servicio empezarían a surgir naturalmente en entornos sin obstáculos. Los residentes de ciudades con proyectos inmobiliarios adaptables, transitarían más fácilmente a un esquema donde tengan a su disposición opciones para planear, reservar y pagar por transporte mediante vehículos autónomos. De hecho, las poblaciones con infraestructura de datos abiertos ya establecida, podrían evolucionar con aún más rapidez.
Según la Sociedad de Ingenieros Automovilísticos, un vehículo autónomo de nivel 5 “no requiere a un conductor para realizar tareas o monitoreo ambiental, en ninguna circunstancia“. Si bien dichas unidades no existen siquiera en una fase prototipo, Cushman & Wakefield estima que cuando comiencen a utilizarse, se emplearían fundamentalmente en el traslado de productos. La adaptación al transporte de personas dependería de los bloqueos impuestos por la misma gente dentro de la industria de movilidad.
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