México, DF, 25 de febrero 2015 (Círculo Digital).- La Auditoría Superior de la Federación (ASF), señaló que se desconoce el destino de 396 millones 838 mil pesos que serían utilizados por la Cruzada Nacional contra el Hambre para comprar 31 millones de artículos como paliacates, tortilleros, playeras, globos, vasos y gorras, además, las empresas a las que presuntamente fueron adquiridos no existen.
Se presume daño al erario, informó la ASF, ya que no hay evidencia de la adquisición, distribución y la entrega de los bienes a 400 municipios, incluso el director del almacén general de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), desconocía su existencia
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), con la que la Sedesol firmó un convenio para comprar y distribuir el equipo y material de apoyo para promotores de la Ruta sin Hambre, de manera irregular fraccionó en dos partes el procedimiento para la adquisición de los bienes.
En el reporte de la Auditoría sobre contratos y convenios de colaboración suscritos con dependencias del Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre se evaluó el acuerdo entre la Sedesol y la UAEM del 6 de mayo de 2013, para aprovisionamiento y distribución de equipo y material de apoyo a promotores de la Ruta sin Hambre de 400 municipios y se revisó la compra de 31 millones 199 mil piezas.
Las compras que se reportaron, fueron tres millones 783 mil paliacates, por un monto de 79.4 millones de pesos; tres millones 26 mil tortilleros, por 96 millones de pesos, y tres millones 819 mil vasos de plástico duro, por 57 millones 292 mil pesos, entre otros millones de objetos.
La adquisición de estos bienes no corresponde a los fines que establece el decreto del Sistema Nacional para la Cruzada, que son lograr cero hambre mediante la alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación, señala el informe.
La ASF solicitó a Sedesol documentación que ampare la compra de esos artículos, pero la dependencia respondió que no la localizó después de una búsqueda exhaustiva en la bodega donde se resguarda la información y que la documentación soporte se encontraba en el almacén general.
La compra se adjudicó por licitación pública al Grupo Comercializador Cónclave y a Prodasa, pero hay presumible simulación de operaciones en el proceso. Es decir, se factura a una compañía una presunta prestación de bienes o servicios y la dependencia contratante los recibe de conformidad. Las empresas resultan inexistentes, señala la ASF. (Con información de La Jornada)
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