Especial
La Habana, Cuba, 14 junio 2017.-No creo que haga falta explicarle a ningún cubano, esté donde esté, qué significa, Silvio Rodriguez, para todos. Porque pertenecientes o no a su generación, hemos seguido su canto y poesía, como la vida misma. Por eso al enterarme de que le entregarían el Título Doctor Honoris Causa de la Universidad de las Artes, en la mañana de ayer, parafraseando al propio trovador, hice “lo posible, porque de lo imposible se sabe demasiado”. Y luego de trasladarme desde el Vedado a Playa, logré llegar casi sin aliento, justo en el momento en que concluía la ceremonia y Silvio se acercaba a sus seres queridos y amigos entrañables.
Sin embargo tuve tiempo de felicitarle en nombre de todos los que le queremos y en una breve conversación, le recordé que también un martes 13, pero del año 1967, había tenido su debut musical televisivo en el programa “Música y Estrella”… hace cincuenta años: Ni te cases ni te embarques, musitó.
Ante mi insistencia sobre la coincidencia de fechas que le persiguen dentro de su vida, me dijo: Donde hay hombres no hay fantasmas…
Finalmente le pregunté cómo se sentía ante el reconocimiento que le acababan de otorgar y me contestó: Me siento un poquito desconcertado, pero es un desconcierto bueno, no es un desconcierto malo
Luego se sonrió y nos despedidos convencidos de que de seguro volveremos a vernos, en el próximo concierto barrial de la gira interminable que viene realizando desde el año 2010 y donde, en coro gigante, una vez más conmovidos, entonaremos sus canciones, siendo esta otra manera, de reconocer su obra. (Tomado de Cubadebate).
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