Agencias / MonitorSur, XALAPA, Veracruz .- Una serie de misteriosas y crueles matanzas de caballos rurales tiene en alerta a la Policía de Francia, que busca identificar a los responsables y sus motivos.
Según ha informado la agencia Reuters, el más reciente caso se registró en la noche del pasado viernes en Cortambert (Saona y Loira), un pueblo de la región de Borgoña, en el centro del país. Allí, a un caballo le cortaron la oreja derecha, le sacaron un ojo y le cercenaron sus genitales. “Esto es absolutamente bárbaro”, exclamó un funcionario local.
Desde principios de este año, el fenómeno parece haberse acentuado: son ya unos 10 casos similares, principalmente en praderas apartadas del norte de Francia. Todo tipo de ejemplares equinos han sido torturados, incluyendo burros. En ninguno de los casos hubo extracción de carne, pero la mutilación de las orejas es un factor común en todos, detalló una portavoz policial. “No entendemos la motivación. ¿Es un rito satánico, un fraude de seguros, una macabra búsqueda de trofeos o un desafío en Internet? No lo sabemos. Es muy traumático”, añadió la uniformada.
Entre 2014 y 2016 se reportaron incidentes similares de muertes y mutilaciones de caballos en Bélgica y Alemania. Pero un número tan elevado de casos en un periodo tan corto, como sucede en Francia, no tiene precedentes. La policía nacional está ayudando a las investigaciones locales y ha enviado alertas a las fuerzas de otros países europeos.
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¿Asesinos profesionales?
De acuerdo con el diario Le Parisien, los investigadores del Servicio Central de Inteligencia Territorial (SCRT) manejan la hipótesis de que se trata de una banda de criminales, cuyos miembros estarían actuando solos o en asociación. De cualquier forma, subrayan que “existe un verdadero deseo de dañar a los equinos” y llama la atención la mutilación de la oreja, que mantienen a manera de trofeo. “Surgen preguntas sobre sus autores y sus verdaderas intenciones: superstición, fetichismo, ritual satánico, obra de sectas u otro”, asevera ese organismo.
La SCRT resalta que la mayoría de los caballos, yeguas, potros —y un poni— involucrados en esos crímenes eran muy sociables y no temían a los humanos; un factor que los hizo presas fáciles. Además, ciertas huellas observadas en los cadáveres sugieren que los responsables tienen alguna habilidad y conocimiento del mundo ecuestre.
Pauline Sarrazin, propietaria de una yegua atacada en junio, ha estado involucrada en la identificación de nuevos casos y asegura que el mayor problema es que nunca atacan al mismo tipo de equino ni lo matan de igual forma. Por otro lado, afirma que en realidad ha habido en el territorio francés una veintena de esas agresiones desde 2014; es por ello que ha creado un grupo en Facebook con el ánimo de invitar a la comunidad de amantes de los equinos a estar atentos, así como para reunir a los propietarios de las víctimas con la esperanza de que el conocimiento de nuevos casos ayude a los investigadores. Los actos de crueldad hacia los animales se castigan en Francia con dos años de prisión y una multa de 30.000 euros (unos 35.000 dólares).
Con información de la agencia ‘RT’.
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