Agencias / MonitorSur / Ciudad de México.- En las dos semanas previas al inicio del ciclo escolar, la Plaza Mesones ubicada en el Centro Histórico del Distrito Federal recibe a cerca de 120 mil personas en agosto, 10 veces más en comparación con sus 10 mil visitas mensuales. Como todos los años, este 2015 sus clientes encontrarán un sinnúmero de artículos, pero necesitarán entre 10% y 15% más de dinero para hacer sus mismas compras.
Así lo relata en entrevista con EL UNIVERSAL, Saúl Sánchez, enlace para clientes externos de la Plaza Mesones desde el local 284, quien explicó que el aumento de precios fue provocado por el incremento en los costos de las empresas y gastos adicionales derivados de la reforma fiscal.
“Ha habido muchos esfuerzos de las empresas, han absorbido costos como cargos impositivos de la reforma fiscal, pero evidentemente, si sube un producto líder, los demás se vienen en desbandada y siguen incrementando. Lo que antes podías surtir con mil pesos ahora lo haces con mil 200 pesos, eso pasa con la lista actual”, explicó.
Los visitantes a la Plaza Mesones son padres de familias, pero también hay comerciantes que surten las 120 mil papelerías de México.
Antes del regreso a clases, las calles Regina, Mesones y Correo Mayor en la ciudad de México son cerradas para recibir a estos miles de clientes.
“Nos hemos mantenido competitivos porque empresas como Lumen y Office Depot tienen una cantidad limitada de marcas, nosotros podemos llegar a tener miles, inclusive aquellas que las grandes cadenas tienen pero más económicas. También tenemos artículos artesanales como reglas de madera que no se venden en otra parte”, aseveró Saúl Sánchez.
Agregó que “en cierto tipo de productos que todos ubicamos, como Bic, la diferencia puede ser como de 50%, que no es mucha, pero en productos artesanales o de otro tipo puede ser de 200%, la diferencia es abismal. Por ejemplo, nosotros podemos tener una regla de madera en 1.30 pesos y en Office Depot no baja de 4.50 pesos”.
El aumento de precios ha sido una constante para los artículos escolares y de acuerdo con información de la Plaza Mesones, hace 10 años podías abastecer tu lista de útiles con cerca de 200 pesos, ahora el gasto mínimo ronda los 900 pesos, una diferencia de más de cuatro veces su valor, aunque cabe aclarar que para analizar este dato se deben tomar en cuenta otros factores, como el incremento de la inflación, el salario mínimo y el costo de las materias primas.
“Las familias planifican un poco más, vienen y compran una semana los cuadernos, otra semana los lápices y después la mochila. Van dosificando los gastos porque evidentemente ya no pueden pagar de una sola exhibición el costo de la libreta completa, vienen y revisan, ubican quién da mejor precio y van comprando”, explicó el enlance para clientes externos con dicha plaza.
Los productos más vendidos en este sitio son aquellos que forman parte de la lista oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP), como cuadernos, lápices, gomas, pegamentos, por lo que las empresas o marcas con mayor demanda son Scribe, Bic, Mirado y Politec (pinturas), entre otras.
De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Artículos Escolares y de Oficinas (Anfaeo), el canal tradicional representado por papelerías, distribuidores y mayoristas acaparan 75% de las ventas del mercado de productos destinados a la educación, mientras que el 25% restante proviene del canal moderno, como autoservicios.
“Sin incluir cómputo, las ventas a nivel industrial son entre 15 y 16 mil millones de pesos y las ventas al consumidor están entre 24 y 26 mil millones de pesos anuales, eso vende el sector útiles escolares. Este año estaremos 12% arriba contra el año pasado, pero en comparación con 2012 estaremos a la par, porque en 2013 y 2014 cayó mucho la venta”, detalló Diego Céspedes, director general de Grupo Fila-Dixon, dueño de marcas como Vinci y Mapita.
Autoservicios pierden acción. El también consejero ejecutivo de la Anfaeo destacó que el canal moderno ha perdido participación de mercado frente a las papelerías o mayoristas, por lo que este año 75% de las ventas del mercado estarán en el canal tradicional y el 25% restante estará en las grandes cadenas comerciales.
“Antes era mayor la participación de autoservicios, ahora se nota una mejora en el canal tradicional, en un fenómeno a nivel mundial hay menos mayoristas que venden volúmenes más grandes y han tomado más fuerza en número y porcentaje de ventas”, explicó Céspedes.
Según la Anfaeo, en México operan o están representadas cerca de 50 compañías que distribuyen el producto entre 25 y 30 grandes mayoristas, los cuales atienden a 4 mil detallistas que a su vez surten 120 mil pequeñas papelerías.
En el canal moderno, Office Depot tiene la mayor participación de mercado, con 29.3% de las ventas de cadenas especializadas en artículos de oficina. Office Max cuenta con 1 3.9% de penetración y Abastecedora Lumen cuenta con 1 0.9% de este mercado, de acuerdo con Euromonitor International.
“Hay materias primas que son importadas, hay empresas que tienen sus costos 100% en dólares. No se ha reflejado la depreciación del peso en los precios y no creo que el aumento de precios en el mercado esté por arriba de 5% o 6%, tanto el mayorista como el industrial, y el canal moderno ha bajado sus márgenes”, aseguró el directivo.
Dentro del mercado de productos escolares, las siete empresas que concentran 80% de las ventas son Corporación Scribe, ahora parte del corporativo Bio Pappel; Grupo Fila-Dixon; Carvajal Educación, con la marca Norma; Grupo Bic; Newell Rubbermaid, con su marca Berol; Pelican y Azor, esta última sobre todo en la venta de plumones.
“El pico de demanda en agosto es muy fuerte, representa entre 60% y 70% del consumo anual. El nivel de estudiantes debe de crecer de 35 a 45 millones y el número de años promedio debe pasar de 8.5 a 12, por eso el potencial de educación en México es enorme”, resaltó Diego Céspedes.
Descartan freno a la educación. José de Jesús de Alba, catedrático de la Universidad Iberoamericana, rechazó que el impacto en los precios de los útiles escolares represente un freno para la educación de niños y jóvenes de escasos recursos. “No creo que el tema del gasto escolar sea un factor que lleve a las familias mexicanas a no inscribir a sus niños a la escuela. Sabemos que la estacionalidad lleva a un incremento de precios en diferentes sectores por la demanda extraordinaria”, dijo el experto.
Por su parte, Oliver Ambía, catedrático del Tecnológico de Monterrey, resaltó que las familias ahora son más cautelosas en sus gastos y analizan los precios, lo cual ha favorecido al canal tradicional, mientras que la informalidad mantiene su impacto negativo en el sector.
Con información de “EL UNIVERSAL”
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