Agencias / Ciudad de México.- Joaquín Sabina ha cantado durante más de 20 años la historia de “María”, la mujer que le dio con la puerta en las narices al son de: “Tanto la quería que tardé en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches. Dijo hola y adiós”, y que la convirtió en un clásico de su repertorio.
Ahora, aquella “María” responde a través de la pluma del escritor Benjamín Prado y la voz empoderada de la cantante y compositora Travis Bird, quienes rinden homenaje a Sabina con el disco Ni tan viejo, ni tan joven.
La canción 19 días y 500 noches después, es la otra cara de la moneda, donde la supuesta espera de la mujer al famoso trovador que la “compraba con bisutería”, resultó que “sus famosos 19 días y 500 noches se me hicieron largos”.
El disco homenaje, en el que participan 38 artistas que, dice Álvaro Luengo en la revista Esquire, “se adueñan de las canciones del de Úbeda. Y avanza a trompicones entre algunas versiones muy decentes (el Ruido de Coque Maya y Fito Cabrales o la Princesa de Los Rodríguez) otras muy arriesgadas (al loro a la Calle Melancolía de Robe Iniesta) y otras directamente fallidas (¿Qué es ese Lo niego todo de Mikel Erentxun?)”.
Sin embargo, dice el crítico, la joya del material es ese “capricho que sólo se podía haber permitido el poeta Benjamín Prado, íntimo amigo de Sabina y coautor de muchas de sus últimas canciones. Pero, como en su voz la historia no hubiera sido muy creíble, tira de la espléndida Travis Birds para cantarle a su amigo Joaquín verdades como éstas. Y es que, por muy sabineros que seamos, estamos contigo. Chapeau, María”.
La pieza no deja de ser una osadía, que 20 años después recrea, con la misma melodía, una historia que ahora se convierte en un maravilloso duelo creativo.
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