Agencias / MonitorSur, XALAPA, Veracruz .- La Universidad de Nebraska (EE.UU.) publicó los resultados de una investigación que echó luz sobre la muerte de un hombre que vivió entre 1.000 y 1.400 años atrás en la zona de Pecos, Texas, y cuyo cuerpo fue momificado. En sus últimos meses de vida, solamente pudo alimentarse con saltamontes, ya que el estreñimiento extrema que sufría no le permitía ingerir otra cosa.
Según se indicó, el hombre padecía del mal de Chagas, una enfermedad causada por un parásito llamado ‘Trypanosoma cruzi’ que bloquea el sistema gastrointestinal. Esto derivó en un agrandamiento del colon que alcanzó un tamaño seis veces mayor al normal, condición llamada megacolon.
Por esta razón, en sus últimos dos o tres meses de vida fue ayudado a ingerir saltamontes, a los que les sacaban las patas. “Le estuvieron dando sobre todo el cuerpo, rico en fluidos”, comentó el profesor Karl Reinhard, de la Escuela de Recursos Naturales de la Universidad de Nebraska-Lincoln, quien agregó que, “además de ser rico en proteínas, tenía bastante humedad, entonces podría ser fácil de comer en las primeras etapas del megacolon”.
Más de 80 años de investigación
El cuerpo estudiado fue descubierto en 1937 en cercanías de la unión de los ríos Pecos y Grande, en el sur texano. A partir de entonces se le realizaron distintos análisis y en las últimas décadas, con el avance de la tecnología, se pudo profundizar la investigación. En 2003, el equipo liderado por Reinhard reportó que había hallado 1.170 gramos de heces en el cuerpo de la momia, junto con gran cantidad de restos de comida que no había podido procesar.
Este hallazgo, sumado al megacolon, fue lo que confirmó que el individuo sufría un caso de estreñimiento severo además de desnutrición, ya que no podía procesar los alimentos.
Fue gracias a un microscopio electrónico de barrido que los investigadores lograron comprobar en su nuevo estudio cómo fue su dieta en sus últimos meses de vida. También hallaron evidencia de restos de plantas llamadas fitolitos, que suelen atravesar el sistema digestivo sin modificaciones.
No obstante, en este caso estaban aplastadas y rotas, lo que demuestra “la presión increíble que se ejerció a nivel microscópico en el sistema intestinal”, lo que para Reinhard “resalta aún más la patología” que sufría este individuo producto del mal de Chagas.
Con información de la agencia ‘RT’.
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