Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Tal como lo ha planeado, la NASA logró lanzar con éxito el satélite TESS (Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito), que tiene la misión de buscar nuevos exoplanetas.
La Agencia de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) lanzó desde la base de Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.) el satélite TESS, que analizará durante los próximos dos años alrededor de veinte mil exoplanetas, lo que supone una de las misiones más ambiciosas de la agencia estadounidense.
En primera instancia, el lanzamiento estaba programado para el lunes pasado, pero finalmente han logrado un despegue exitoso de TESS, desde la plataforma de lanzamiento 40 de Cabo Cañaveral, a bordo de un cohete Falcon 9, de SpaceX. Esto también marca un hito para SpaceX, ya que es la primera vez que participa en una misión científica de la NASA.
Este satélite seguirá el mismo objetivo del telescopio Kepler, pero en una zona 400 veces más extensa, con la misión específica de examinar más de medio millón de estrellas en un período de dos años, implementando el método de transito para la búsqueda de planetas extrasolares, tal como ha mencionado la NASA.
TESS será el primer topógrafo basado en el espacio y todo el cielo que buscará exoplanetas, planetas fuera de nuestro propio sistema solar. Sin embargo, la nave espacial no está buscando solo cualquier planeta. Está buscando específicamente a los que son similares a la Tierra, y lo suficientemente cerca de nuestro propio vecindario celestial que los científicos puedan estudiar más a fondo.
Gracias a tecnología utilizada en esta misión e implementada en TESS, podrá analizar densidad, tamaño, masa, entre otras características, siendo el escaparate perfecto para que observatorios terrestres o desde el espacio, puedan complementar el estudio y ver en detalle cada descubrimiento de esta misión.
Para poner la magnitud de la misión lanzada este lunes en contexto, Guerrero dijo que TESS va a estudiar un área 350 veces más grande que la que investigó Kepler, que finalizó su tarea con éxito en 2013.
A lo largo de su misión espacial, las cuatro cámaras de 16,8 megapíxeles de TESS tomarán imágenes de alta resolución que serán analizadas en la Tierra por expertos en busca de exoplanetas y otros objetos astrofísicos de interés.
«Ahora vamos a poder estudiar planetas individuales y comenzar a hablar sobre las diferencias entre ellos. Este es el comienzo de una nueva era fantástica de investigación de exoplanetas», apuntó en declaraciones a NASA TV Stephen Rinehart, científico del Centro Goddar de la NASA en Maryland (EE.UU.).
Una vez en órbita, el Satélite de Sondeo de Expolanetas en Tránsito, popularmente conocido como TESS, será sometido a pruebas y ajustes durante sesenta días antes de comenzar su misión de dos años.
Así, las cámaras tomarán fotografías del mismo sector durante 27 días consecutivos, para entonces ajustar su orientación y pasar la misma cantidad de días observando la siguiente porción del cielo a estudiar, y así sucesivamente. Durante ese periodo, TESS controlará el brillo de cada estrella visible en las cuatro cámaras cada 30 minutos.
Quince mil estrellas en cada sector, seleccionadas antes de su lanzamiento como candidatos principales para alojar exoplanetas, serán monitorizadas cada dos minutos.
En total, llevará un año recolectar las imágenes necesarias para trazar un mapa de las 13 secciones del «cielo del sur» y otro año para examinar el «cielo del norte», según datos de la propia NASA.
Para conseguir su objetivo, TESS medirá la disminución de la luz de las estrellas cuando un planeta pasa por delante y causa bloqueo. La dimensión de este bloqueo, según Guerrero, ayudará a determinar el tamaño de los exoplanetas y la distancia a su estrella central.
«Gracias a las imágenes y datos recopilados por TESS, podremos calcular si el planeta analizado en cuestión se encuentra en la zona habitable de la estrella que orbita, es decir, si puede tener agua en la superficie y registrar una temperatura óptima para la vida», explicó Guerrero, que lleva dos años en esa misión.
A través de otros telescopios espaciales, como el James Webb, cuya puesta en órbita se prevé para el año 2020, los investigadores serán capaces de observar las atmósferas de esos exoplanetas investigados para determinar si puede haber vida extraterrestre en esos mundos.
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