Agencias, Ciudad de México.- La Unión Internacional de Biatlón (IBU) ha sido durante años un nido de “corrupción sistémica”, sin control económico ni transparencia en sus cuentas, defensora de los intereses rusos por encima de las normas, con manipulación de votos e irregularidades en su política antidopaje, según se desprende de un informe independiente encargado por el presidente del organismo, el sueco Olle Dahlin.
Su predecesor durante 25 años, el noruego Anders Besseberg, dimitió en abril de 2018 tras una investigación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que le acusaba, junto a la ex secretaria general Nicole Resch, de haber aceptado dinero para proteger a biatletas rusos dopados.
Dahlin encargó un informe sobre la etapa de Besseberg al abogado británico Jonathan Taylor, colaborador de la Corte de Arbitraje de Lausana (Suiza) y de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), cuyos resultados se han hecho públicos hoy.
El documento define como “una farsa” el compromiso de la IBU con el deporte limpio y habla de “una falta total de garantías básicas de gobernabilidad, que dejó las decisiones sobre la integridad en manos exclusivas del presidente y de sus aliados en el comité ejecutivo de la IBU, sin controles ni equilibrios, sin transparencia y sin ningún tipo de responsabilidad”.
También se acusa a Besseber de “proteger siempre los intereses rusos más allá de lo razonable”.
Mantuvo como primer vicepresidente de la IBU a Alexander Tikhonov después de que el presidente de la federación rusa fuera sentenciado a tres años de cárcel -luego fue amnistiado- por conspiración para cometer asesinato.
Asimismo, hizo todo lo posible por rebajar el escándalo de dopaje descubierto en Rusia a raíz de los Juegos de Sochi 2014.
El informe habla de “numerosos favores por parte de los rusos al Sr. Besseberg, especialmente en forma de viajes de caza gratuitos y servicios de prostitutas”.
Para el autor del informe, este es “un ejemplo de la importancia de la buena gobernanza en el deporte”
“La falta total de garantías básicas de gobernanza que existía anteriormente en la IBU significaba que la antigua dirección podía operar sin control ni cuentas, sin transparencia y sin responsabilidad. El informe muestra por qué todas las decisiones sobre la integridad deben ser tomadas por un organismo independiente que se dedique exclusivamente a proteger los valores éticos del deporte, y no por una junta ejecutiva que tenga que lidiar con una serie de intereses en conflicto”, ha dicho Taylor.
El presidente Dahlin ha indicado por su parte que está “consternado por las irregularidades descritas en el informe”.
“Pero estamos agradecidos a la comisión por haber sacado a la luz estas pruebas y por garantizar que se rindan cuentas por la mala conducta en nuestro deporte”, ha apuntado.
“Gracias a la creación de la Unidad de Integridad y a las numerosas reformas de la gobernanza que hemos introducido en los dos últimos años, contamos con las garantías necesarias para asegurar que este tipo de irregularidades no vuelvan a producirse. Pero no nos conformaremos y seguiremos trabajando para mantenernos a la vanguardia de las mejores prácticas internacionales, defendiendo los más altos estándares de buen gobierno”, ha prometido.
La AMA ha reaccionado inmediatamente con un comunicado en el que recuerda que ella inició las investigaciones en 2016 y asegura que “las acusaciones que aparecen en este informe son abominables para todos los que se preocupan por la integridad del deporte”.
“Sin embargo, es un mérito de la IBU que, tras este escándalo, haya tomado medidas significativas para mejorar la integridad de su programa antidopaje”, añade.
Puesto que las irregularidades descritas en el informe pueden tener consecuencias legales y “la operación está en curso”, la AMA “no puede comentar los detalles de la investigación en este momento”.
La federación de biatlón, deporte incluido en el programa de los Juegos Olímpicos de invierno desde 1960, se une así a la de boxeo (AIBA) y halterofilia (IWF) en la lista de las que han quedado en los últimos años manchadas por la corrupción.
Sobre las dos últimas, el presidente del COI, el alemán Thomas Bach, se declaró este miércoles “muy preocupado” y “decepcionado” ante su falta de progreso en las reformas prometidas. EFE
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