Ery Acuña/ Desde el sótano
Un grave error que le ha costado tropiezos a la Secretaría de Gobierno, fue que su titular, Ismael Brito Mazariegos, haya designado como Coordinador de Asesores a Carlos Esquinca Cancino, con un currículum “impresionante” de traiciones, corrupción, ineptitud y misoginía, contrarios a la corriente reformadora de la Cuarta Transformación.
El llamado “químico”, fue el brazo derecho del Ayuntamiento que presidió Fernando Castellanos Cal y Mayor, donde ocupó la Coordinación de Gabinete y la dirección de Tránsito Municipal. Un gobierno municipal que arrasó con las finanzas que hoy en día los tuxtlecos tenemos que pagar.
Fue también Director de Verificaciones y Clausuras de otro de los alcaldes más corruptos que ha tenido la ciudad, Yassir Vázquez.
Llegó a ser el brazo ejecutor de Nemesio Ponce, el poder tras el trono en el Gobierno de Juan Sabines, cuando activó muchas acciones de corrupción y amenazas contra empresarios y organizaciones que afectaron a millones de chiapanecos.
Se olvidó el Secretario de Gobierno, que Carlos Esquinca, siendo líder del PRD en Chiapas, fue un frenético defensor de la política privatizadora de la Reforma Energética que impulsó el entonces presidente Felipe Calderón en el 2008.
Una nota de la Revista Proceso del 19 de abril de ese año, testifica que: “El líder estatal del PRD, Carlos Esquinca Cancino, arremetió contra el movimiento de Andrés Manuel López Obrador, y reprobó la actitud de los legisladores de su partido por haber tomado las tribunas de las cámaras de Senadores y Diputados y no entrar al diálogo y la negociación en torno a la propuesta de reforma energética presentada por el presidente Felipe Calderón”.
Su ambición lo llevó a buscar la alcaldía por el Partido Mover a Chiapas, lo que le valió ser expulsado del Partido del Sol Azteca por traicionar sus principios. Incluso, en un arrebato de amnesia, dijo: “No le debo nada al PRD”.
Siempre ligado a escándalos de corrupción, sin duda su principal proeza ocurrió cuando fue exhibido en todos los medios nacionales por intentar apoderarse de una curul en la Cámara de Diputados, que había ganado una mujer en las urnas, Olga Luz Espinosa Morales. Ahí nació el concepto de “las Adelitas”.
Fue tachado de “misógino y oportunista” por organizaciones, políticos y grupos feministas que impulsaban el empoderamiento femenino en todo el país.
Y como un lobo con piel de oveja, apenas hace unos días, intentó “tomarle el pelo” al nuevo Gobierno, promoviendo a un laboratorio para obtener jugosas ganancias personales, ya siendo Coordinador de Asesores de la Secretaría de Gobierno en la administración de Rutilio Escandón. Por fortuna lo cacharon y no tuvo más que agachar la cabeza.
Un mal mensaje de gobernabilidad que se manda a la sociedad chiapaneca en momentos en que lo que más se requiere es de mujeres y hombres que busquen el bien común, y no el bien propio para seguirse enriqueciendo a costa de la pobreza de las y los chiapanecos.
Gente como él, señor Secretario de Gobierno, no debe tener nunca más cabida en la administración pública ni de Chiapas ni de México.
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