Manuel Ruiseñor/ OPINIÓN
A lo largo de la historia de nuestro país, han sido la inteligencia crítica, el pensamiento de vanguardia y el trabajo, los factores que los universitarios han puesto por delante para impulsar la transformación de México.
Sin embargo, el escenario a futuro para la juventud se presenta lleno de incertidumbre, toda vez que hoy día acreditar una licenciatura para obtener un empleo estable y mejor remunerado, no es dable y eso es lo que asalta la tranquilidad de cerca del 39% de los jóvenes a la fecha matriculados en el nivel de educación superior en el país.
En la actualidad, presentar un título profesional en el curriculum, ya no parece aportar valor agregado en el mercado del trabajo. ¿Qué hacer ante esta realidad, sobre en todo en tierras chiapanecas donde se requiere de la fuerza laboral y profesional de nuestros universitarios, para sacar adelante los grandes retos estatales?
De ahí que uno de los compromisos sustantivos de las universidades e instituciones de educación superior, sea el convertirse en elementos vinculantes con el sector laboral y productivo, a fin de garantizar empleo digno a los universitarios.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondientes a julio del año pasado, el 48.7% de las personas que se encuentran desempleadas en nuestro país cuenta con un grado de estudios de nivel medio superior o superior, y esto es un signo que nos debe ocupar a todos, sociedad, gobierno y centros educativos.
Ante ello, en nuestro estado se comienza a despejar el escenario con el actuar responsable de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
Desde que tomó la estafeta de la UNACH, el doctor Carlos Natarén Nandayapa, se ha puesto de relieve su determinación de abonar a la transformación de Chiapas desde la comunidad universitaria.
Con un manejo austero y transparente de su gestión, ha ido fortaleciendo la presencia de los universitarios en el desarrollo del estado, lo cual merece subrayarse, especialmente ahora que Chiapas vive un momento decisivo en que se impone darle vuelta a la tuerca a la situación prevaleciente, para afianzar el camino de nuestro estado hacia un mejor futuro.
Y para ello la UNACH cuenta con las herramientas necesarias como los convenios que ha ido ensanchando con el sector productivo del estado, los organismos empresariales y los tres niveles de gobierno, para vincular a los universitarios con el trabajo.
Los jóvenes de Chiapas están decididos a construir su futuro. Corresponde a las instituciones de educación superior acompañar su determinación con sentido y responsabilidad social.
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