Agencia / MonitorSur / Ciudad de México.- El senador perredista Miguel Barbosa Huerta le pinta un futuro negro a su partido si no pone en marcha una transformación, si sus tribus siguen actuando como grupos de interés, si no desmantelan la visión patrimonialista que los líderes tienen del partido y, sobre todo, si no se frenan los planes para una alianza con el PAN.
“Si esto no ocurre, podemos ver a un PRD decaído en 2018 de manera profunda, más debajo de los diez puntos y fracción que tuvimos en 2015, mucho más abajo”, advirtió en entrevista con Excélsior el líder de la fracción perredista en el Senado de la República.
El panorama que bosqueja Barbosa sobre lo que le espera al PRD si no hay una reconstrucción con un trabajo de zapa, en donde participen únicamente perredistas, aunque pierdan, se queda corto frente a la analogía que hizo de cómo ve al PRD en este momento: “Estoy viendo como a los pingüinos, que van caminando y se van yendo al despeñadero sin hacer caso para que esto se detenga”.
Sobre los planes de alianzas que se están fraguando desde haces semanas entre el todavía líder del PRD, Carlos Navarrete, y el panista Ricardo Anaya, para que ambas fuerzas políticas compitan juntas en las elecciones de 2016 y 2017, Barbosa, presidente del Instituto Belisario Domínguez, uno de los tres órganos de gobierno del Senado de la República, dijo:
“Se anunciaron alianzas con el PAN rumbo a 2016 y 2017, que, desde mi opinión, desdibujan absolutamente al partido. No se puede pensar en fortalecer a la izquierda con una alianza con la derecha. Y para quienes nos hacen críticas de que ya no somos un partido de izquierda, pues les vamos a dar la razón”.
De esta manera, expresó Barbosa, “a qué segmento de la sociedad vamos a convencer de cara a la elección presidencial de 2018”. Y, entonces, aventuró que esas pretendidas alianzas electorales “son la estrategia oculta para que, de plano, haya una definición y vayan juntos el PRD y el PAN en 2018.
Crisis partidaria
A casi tres meses de la renuncia de Navarrete como líder nacional perredista, como consecuencia de los resultados negativos que obtuvo el PRD en las elecciones del pasado 7 de junio, Barbosa Huerta hace un balance negativo de lo que ha pasado en ese instituto político a partir de entonces.
“Después de los malos resultados del 7 de junio nos encontramos con una evaluación tardía de los mismos, porque se postergó; diría que se debió haber hecho una evaluación externa, encargársela a órganos especializados en materia política electoral, para haber contribuido a un balance verdaderamente autocrítico y realista; no se hizo así y, por tanto, esta evaluación tardía creo que intentó ocultar la realidad de una crisis de la cual no hemos podido empezar a salir”, dijo el legislador.
Después, comentó, llegó la renuncia de Navarrete, que fue entregada al Consejo Nacional. “Anunciada, como fue, por el propio Navarrete, era el arranque de una transformación partidaria. Finalmente se llevó a cabo el Congreso Nacional, pero no hubo tal transformación.
“La transformación hubiera consistido en modificar el modelo partidario, el modelo organizativo, para aprobar que las corrientes no determinaran, no resolvieran el destino del partido, sino que fueran los órganos de dirección.
“Un modelo en el que se abriera el partido a la sociedad, tanto para sus cargos de dirección como para sus candidaturas; donde se hubiera aprobado un programa político, un propuesta comprensible para la sociedad, pero no se hizo y, en cambio, se perfiló a quien seguramente será el próximo presidente nacional desde una forma absolutamente antidemocrática, nuevamente a partir del acuerdo entre las corrientes para designar al que será el relevo de Carlos Navarrete: Agustín Basave. Yo no veo que se hayan tomado las medidas adecuadas después del 7 de junio y con rumbo a 2018”, señaló Barbosa.
En su opinión, con todo eso, sumado al anuncio de las alianzas electorales con el PAN, se vislumbran decisiones que no son adecuadas, que no son las correctas o estratégicas para poder enfrentar la elección presidencial de 2018.
A pregunta expresa sobre si entonces el PRD está condenado a convertirse en un partido marginal, el coordinador de los senadores de ese partido dijo:
“Yo espero todavía que las cosas se corrijan. Espero que la generosidad, la responsabilidad política de los dirigentes reales del PRD, los que encabezan las corrientes hoy, sea aquella mediante la cual se tomen las decisiones, para que el partido vuelva a tomar su rumbo; yo lo espero, pero no veo que esté ocurriendo”.
Insistió en que enfrentar los procesos electorales de 2016 con una alianza con el PAN, bajo el argumento de que hay que impedir que el PRI vuelva a gobernar o siga gobernando, no es correcto, porque ése fue el planteamiento de 2010.
“No puede ser el mismo discurso en 2015, donde la izquierda que estaba alojada en el PRD no es la misma izquierda. En 2010 no se había ido Andrés Manuel López Obrador, ni el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, no se habían ido las personalidades emblemáticas del PRD.
“Hoy no estamos en esa condición de 2010. En los estados donde fuimos coalición en 2010, puedo decir que, hoy, ni somos, porque no lo fuimos desde el principio, partido en el poder, pero tampoco somos partido de oposición. Las coaliciones del PRD con el PAN desfondaron de manera real al partido en los lugares donde fuimos juntos”, manifestó.
En este contexto, el político poblano, que en mayo de 2014 rompió con la corriente de los Chuchos, que son actualmente quienes se han apoderado de gran parte del PRD, dio a conocer algunas de las propuestas que tiene en mente para hacer espabilar a su partido.
“Lo que planteo es una transformación del PRD en cuanto a su funcionamiento, con un nuevo modelo que abra al partido de manera total a la participación de la gente. Para que la gente pueda sentir que otra vez es un instrumento de la sociedad.
“Que se construya un programa comprensible por la gente. Que se vea que el PRD hace propuestas de la gente; el partido, en su inicio, hizo un programa que esperanzó a la sociedad, después de ver lo que planteaba el PRD, la gente, aunque no militaba en él, era perredista, porque era el único que hacía su agenda, a veces de imposibles, pero esos imposibles mantienen la esperanza de la sociedad; hoy, tenemos que volver a construir un programa comprensible, basado en una oposición moderna, critica, vanguardista y progresista en cada tema.
“Lo que planteo es que el PRD debiera reconstituirse desde el origen, que no esté planeando una estrategia electoral basada en una coalición con la derecha. Que volvamos a competir con los que están con nosotros, que la gente vuelva a creer en nosotros como un partido de oposición que compite con sus instrumentos políticos, personales; que vayamos a ese nivel de reconstitución y no pensar que con el mismo modelo partidario, el que controlan las corrientes, y con alianzas con el PAN y sin un programa que ate al PRD al pensamiento de la gente, vamos a lograr resultados electorales favorables en 2018”, consideró.
Autocrítica
Miguel Barbosa subrayó que así como hoy están las cosas en el PRD no se puede pensar en resultados favorables en 2016, 2017 ni 2018. “Tenemos que hacer las transformaciones. Yo creo que podemos hacerlas, espero que se hagan. De lo contrario, no veo un devenir favorable para el PRD”.
A pregunta expresa de cuánto le ha pesado al PRD la salida de sus figuras emblemáticas, Barbosa Huerta contestó:
“Mucho. Sobre todo la del ingeniero (Cuauhtémoc Cárdenas). Lo de Andrés Manuel (López Obrador) debe entenderse como la decisión de alguien que quiere tener su partido; que ya no se acomodaba en un partido en el cual había pensamientos diferentes a él. El PRD no traicionó a Andrés Manuel, fue leal, él no le puede reclamar al PRD un ápice de deslealtad, de solidaridad, de compromiso, Andrés Manuel es un gran líder que quiere ser dueño del lugar donde está y por eso se va.
“El ingeniero es un hombre generoso, un gran mexicano, una reserva moral de la política mexicana, que cuando funda el partido lo hace pensando como un instrumento de transformación del país, Andrés Manuel está pensando en un instrumento para que él gobierne. El propósito de Morena no es que gobierne el proyecto Morena, es que gobierne Andrés Manuel”.
En torno a las tribus que se han apoderado del PRD, el legislador dijo que éstas dejaron de ser corrientes ideológicas internas perfectamente identificadas, que entonces se defendieron de los caudillos.
“Hoy ya no hay caudillos, solamente los caudillos de las corrientes; tampoco hay visión ideológica diferenciada, solamente es ver quién controla más, la lucha de intereses dentro del partido. Así es que la naturaleza de las corrientes ya no es la que la izquierda identifica en todas partes del mundo como la pluralidad, la diversidad de opiniones, la enemistad con la unanimidad, la autocrítica como método de pensamiento de la izquierda; las corrientes en el PRD se volvieron grupos de interés, grupos que controlan una parte de las decisiones, una parte de las candidaturas, una parte de los órganos de dirección, y eso es un asunto que destruyó al partido”, concluyó.
Con información de “EXCÉLSIOR”
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