Los secretos y leyendas de la mayor bóveda de oro de Estados Unidos
Agencias, Ciudad de México.- La base militar en Fort Knox almacena desde 1937 gran parte de las reservas de oro de los Estados Unidos y otros países del mundo que le han confiado sus lingotes. Envuelta en un halo de especulaciones y fascinación, la bóveda alberga todavía muchos secretos… y también US$ 273,700 millones del metal precioso.
Se encuentra en el estado de Kentucky, donde cubre áreas de tres condados diferentes, y contiene actualmente 147.3 millones de onzas de oro. El gobierno ha dicho que los lingotes tienen un “valor en libros” de US$ 6,220 millones, pero se basa en un precio fijo que se estableció en 1973 y que ha incrementado con los años.
Aunque del funcionamiento de la bóveda no se conoce mucho, la plataforma proveedora de información sobre finanzas personales MoneyWise recolectó algunos datos de interés que probablemente pueda sorprender a muchos.
No entran civiles desde hace medio siglo
Por ejemplo, la última vez que Fort Knox abrió su bóveda a los civiles fue hace 48 años, cuando recibió una delegación del Congreso y algunos periodistas insistieron en echar un vistazo a las reservas de oro.
Más de cuatro décadas después, en 2017, el entonces secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, encabezó una rara visita a la fortaleza, acompañado por el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell. Los dos fueron fotografiados sosteniendo lingotes de oro.
“¡Me alegro de que el oro esté a salvo!”, escribió Mnuchin en Twitter, como respuesta a las teorías conspirativas que acusan al gobierno de vender el oro en secreto y que afirman que los lingotes son en realidad ladrillos de tungsteno pintados.
Gran parte del oro en la bóveda está en un formato de barras de 12 kilogramos, mientras que un porcentaje está en monedas de oro. En un momento, el objetivo de tener todo ese oro era respaldar la moneda estadounidense, pero el dólar se eliminó de ese patrón en 1971.
¿Hay oro o no?
La respuesta más fácil es que no hay forma de saber. Quien no trabaja directamente en la bóveda es incapaz de afirmar con absoluta certeza si realmente hay lingotes, “o si todo es mentira”, dice MoneyWise. A lo largo de los años, ha habido muy pocas auditorías para probar el oro o inventarios para contarlo.
Entonces, ¿por qué Estados Unidos se aferra a su reserva de oro? “En caso de que lo necesitemos”, dijo Alan Greenspan, ex presidente de la Junta de la Reserva Federal, en un comentario al ex candidato presidencial Ron Paul, citado en 2010 por CBS News.
“Te aferras a él porque es lo último en dinero”, agregó Paul sobre su conversación con Greenspan.
Solo un presidente de EEUU ha entrado
El presidente Franklin Roosevelt encargó la construcción de Fort Knox a mediados de la década de 1930, supuestamente porque al Tesoro le preocupaba que las reservas de oro del país no estuvieran a salvo de una invasión enemiga.
Más tarde, se convirtió en el único presidente en poner un pie dentro de las titánicas paredes, cuando visitó la fortaleza durante una inspección en 1943, unos siete años después de que se completara la construcción.
Fort Knox contiene más de tres mil toneladas de hormigón, más de 450 metros cúbicos de granito, 750 toneladas de acero reforzado y 670 toneladas de acero estructural. El costo de la construcción en la década de 1930 fue de apenas US$ 560,000.
Se dice que el techo es a prueba de bombas, y la puerta principal de la bóveda pesa 20 toneladas y tiene 21 pulgadas de espesor. Según el Departamento del Tesoro, ninguna persona conoce la combinación completa.
La bóveda, custodiada a toda hora por efectivos de la Policía de la Casa de la Moneda, se encuentra en el centro de una base militar con más de 44,000 hectáreas, que también funciona como campo de entrenamiento para las tropas militares de todo el país.
Fundada en 1792, la Policía de la Casa de la Moneda es una de las agencias federales más antiguas. Sus oficiales se someten a 12 semanas de formación básica, seguidas de cinco semanas de formación sobre el terreno.
El depósito de lingotes en Fort Knox se abrió para la inspección de los miembros del congreso el 24 de septiembre de 1974, bajo la supervisión de Mary Brooks, directora de la casa de la moneda. Foto: AP/Barry Thumma
“Hotel” de paso para documentos invaluables
Ocasionalmente, la bóveda de Fort Knox ha albergado otros objetos preciosos. En 1939, una de las copias originales de la Carta Magna fue exhibida en la Feria Mundial de Nueva York y, al estallar la Segunda Guerra Mundial, la trasladaron a la fortaleza para su custodia.
Permaneció allí hasta 1947, cuando regresó a Inglaterra.
Bajo el mismo contexto global y los temores de un posible bombardeo, llegaron hasta Fort Knox los originales de la Declaración de Independencia, la Declaración de Derechos y la Constitución de los Estados Unidos.
También pasó por allí la corona del Rey Colomán de Hungría, para que no cayera en manos de los nazis o los soviéticos. La valiosa prenda estuvo guardada en Fort Knox hasta 1978, cuando fue devuelta a Hungría por el entonces Secretario de Estado, Cyrus Vance.
La bóveda llegó a custodiar incluso suministros de sulfato de morfina, durante el periodo conocido como la Guerra Fría. El ejército estadounidense quería asegurarse de tener analgésicos en caso de que alguna vez se cortara el flujo de opio que venía del exterior.
En 1955, Fort Knox abrió sus puertas a toneladas de opio, que años más tarde le costaría al gobierno millones en refinar y que, según MoneyWise, todavía siguen guardadas en la bóveda.
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