Por El canto y el vuelo, que cierra una trilogía de reflexiones en torno a la poesía, el escritor Alberto Blanco recibirá el próximo martes el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2016, duante una celemonia en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El canto y el vuelo (anDante, 2016) es el tercer libro de una poética conformada, además, por El llamado y el don (2011) y La poesía y el presente (2013), ambos publicados por la editorial Auieo, con el cual el también pintor cerró un ciclo con el cual se propuso reflexionar sobre la poesía y su práctica.
Cada uno de los libros de esta trilogía está compuesto por 12 ensayos, que en su conjunto conforman 36 meditaciones que no pretenden dirigirse hacia la crítica o la historia de la literatura.
En ellos, Blanco se encargó de explorar las relaciones entre la poesía y una serie de campos del saber y de actividades humanas. Sobre todo, trató de compartir lo que ha sido su experiencia en la práctica de la poesía a lo largo de su carrera profesional.
De acuerdo con Adolfo Castañón, quien formó parte del jurado de este premio convocado por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la Sociedad Alfonsina Internacional, el libro galardonado es eminentemente interdisciplinario.
Es un libro donde la ciencia, la filosofía y la ecología dialogan con la poesía, la poética, la crítica literaria y de las artes, así como con el saber autocrítico que se desprende de la práctica misma del oficio poético y artístico.
El ejercicio de un escritor maduro y prolífico como Blanco, que vio la necesidad de hacer un alto en el camino para reflexionar sobre su quehacer, señaló Castañón, quien consideró que el libro de Blanco podría compararse con La experiencia literaria y El deslinde, de Alfonso Reyes, o bien con El arco y la lira y Los signos en rotación, de Octavio Paz”.
El llamado y el don, recordó, se centra en la relación de la poesía con el lenguaje, los mitos, la tradición y el conocimiento, y La poesía y el presente, con las artes: la imagen, la arquitectura y la música; mientras que en El canto y el vuelo se habla de temas no tan relacionados constantemente con la poesía.
El futuro, la ciencia, la ecología, la pobreza, la velocidad, el margen, el humor, el azar, el yo, el sueño y el silencio.
A Blanco, dijo, le ha llevado décadas de trabajo ver terminados y publicados estos ensayos. Sus primeras notas datan de los años 70; los primeros borradores, de los 80, y de los 90 son las primeras versiones de estos textos. Sin embargo, fue hasta el nuevo milenio cuando pudieron ser publicados por editoriales independientes como Auieo y anDante.
“Alberto Blanco no sólo es un poeta y un escritor: también es un cantor, un músico, un artista que ha incursionado en otros géneros. De esas incursiones ha sabido traer valiosas razones para polinizar su construcción ensayística y poética, profética y conceptual. Esto no lo ha hecho perder su humanidad”, finaliza Castañón.
Con información de La Jornada
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